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¡Y dale con El Zapotillo!

No era complicado esperar que, ante el desabasto de agua en la Zona Metropolitana de Guadalajara, el gobierno del estado aprovechara para desempolvar los proyectos para traer agua vía las presas Purgatorio y Zapotillo. Desde que estos dos puntos se determinaron como alternativa para almacenar agua, los discursos han sido cíclicos. 

El gobernador Enrique Alfaro insistió en la necesidad de que se aproveche el agua del río Verde para resolver las necesidades de la ciudad y aprovechó la visita que hizo este fin de semana el presidente Andrés Manuel López Obrador para pedir apoyo para resolver la crisis que enfrenta la ciudad. 

De las declaraciones del gobernador ante el presidente López Obrador y las que hizo unos días antes se desprende que una vez más partiremos de la falta de información, poca transparencia y desorden sobre el manejo del agua en Jalisco. 

Un ejemplo muy claro de lo anterior es el señalamiento de que la Presa Elías González Chávez, también conocida como Calderón, aporta 14 por ciento del agua que consume la Zona Metropolitana de Guadalajara, un dato que se desconoce de dónde salió. Según la información de la Comisión Nacional del Agua, esta presa fue construida para almacenar 82 millones de metros cúbicos, pero el promedio que ha mantenido, con datos del mismo organismo, es de 27.1 millones de metros cúbicos, según la información disponible de 2000 a 2013. 

También basado en cálculos de la Conagua, del gasto total de agua potable de la zona metropolitana, que es de 10.5 metros cúbicos por segundo, apenas 0.5 metros cúbicos llegan desde la Presa Elías González. Lo anterior equivale a 4.7 por ciento del total del agua que se consume, es decir, alrededor de 10 puntos porcentuales menos de lo señalado por el gobernador. 

En las dos recientes declaraciones de Enrique Alfaro sobre el desabasto de agua también habló de la urgencia de aprovechar el agua del río Verde. Según las características que aparecen en la página de la Conagua sobre la Presa Elías González, ésta capta agua de la “subcuenca del río Calderón, afluente importante del río Santiago, ambos pertenecientes a la cuenca Lerma-Chapala-Santiago, parte de la subcuenca del río Verde, con sus tributarios Valle de Guadalupe y Tepatitlán y corrientes alimentadoras del sistema hidrológico alteño formado por las barrancas del río Verde”. 

Debido a la disponibilidad de agua de esa cuenca, la Presa Elías González se mantiene en promedio a 33 por ciento de su capacidad de almacenamiento. Esa cuenca es la misma con la que se pretende llenar la Presa El Zapotillo, para abastecer de agua a la ciudad de León, Guanajuato, a 14 municipios de la región de los Altos y a la Zona Metropolitana de Guadalajara. 

El Observatorio Ciudadano para la Gestión Integral del Agua ha insistido desde hace varios años que la cuenca no tiene agua suficiente para llenar la presa y que en los estudios que realizó la Oficina de las Naciones Unidas de Servicios para Proyectos (UNOPS) se tomaron como base los datos que les proporcionó la autoridad y no hubo trabajo de campo para verificarlos. 

Además de la disponibilidad del agua, en torno al proyecto El Zapotillo hay diferentes enredos económicos y jurídicos. En el caso de los primeros, el abandono de las obras y el tiempo que ha transcurrido obligarían a una actualización de precios que disparará inevitablemente el costo, lo que apuntaría a una alerta que han lanzado los productores de los Altos: que se busque inversión privada y con ello la privatización del agua. 

El otro obstáculo es el jurídico, con las suspensiones vigentes en los amparos y un acuerdo de distribución entre Jalisco y Guanajuato que sigue sin formalizarse. 

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