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Elecciones y tentaciones en Cuaresma

Este tiempo de la Cuaresma y la Semana Santa, de los días de guardar, son un espacio en el calendario para meditar en los temas sociales además del Covid-19. 

Hoy, el escenario electoral está puesto en Jalisco y vienen tres meses de campañas políticas que esperemos tengan un nivel mínimo y aceptable de debates constructivos. 

En las lecturas de Cuaresma el Evangelio nos presenta las tres tentaciones que enfrentó y superó Jesús. Eran tentaciones que querían desviarlo de su misión como Mesías al servicio del pueblo. Y esas mismas tres tentaciones enfrentan los políticos y candidatos. 

Primera tentación: el provecho propio. Si eres Mesías, si eres dirigente, haz que estas piedras se conviertan en pan para saciar no el hambre del pueblo, sino tu propia hambre. Es la tentación de usar el mesianismo en provecho propio. No se busca en primer lugar la voluntad del pueblo, sino que en primer lugar se ven las necesidades personales del dirigente. 

Conservar el poder para sí mismo, crea el fenómeno del chapulineo y el transfuguismo. Los políticos, al cambiar de partido, sólo buscan continuar su carrera política, no el bien de los ciudadanos. Anhelan llegar al partido que concentre mayor presupuesto y posibilidades de ganar, como ha sido el caso de Morena a nivel nacional que ha recibido a exintegrantes del PAN, PRI y PRD. Las coaliciones entre partidos contrapuestos son una expresión de obtener el poder aún a costa de aliarse con los diablos ideológicos. 

Segunda tentación: el prestigio. El tentador invita: si eres el Mesías, tírate de lo alto del templo. Muéstralo en obras llamativas, prodigiosas, de prestigio. Los políticos lo que buscan es la fama, el prestigio, el renombre, el aparecer en las inauguraciones y buscan que por sus buenas y desinteresadas obras les llamen salvadores del pueblo. Ante el trauma de la conquista aún no superado por la nueva clase en el poder, solicita a España que pida perdón por la Conquista, y al papa por la destrucción de los templos y pirámides, por la conquista realizada con la cruz y la espada. Los franceses ya ponen sus barbas y pasteles a remojar, y Estados Unidos espera el reclamo por la masacre de los niños héroes. 

Tercera tentación: el poder. Satán promete: te daré la riqueza y el poder sobre las naciones si postrándote me adoras. La respuesta de Jesús es tajante: solamente al Señor adorarás. Y en la última cena Jesús lava los pies a los discípulos y nos dice que el que quiera ser el primero que se haga el último y el servidor de todos los demás. Y Jesús advierte: “No sean como los reyes que oprimen al pueblo”. 

El problema del agua en Guadalajara también es resultado de un desarrollo desmedido de edificios que interrumpen el ciclo hidrológico socionatural e impiden la recarga del agua subterránea y afectan los cauces de agua que corren por la superficie. El poder político y el poder económico cuando se dan la mano oprimen y lastiman a los ciudadanos en sus necesidades más básicas. 

Es necesario que las autoridades que manejan el agua para Guadalajara cambien el paradigma de las grandes obras de infraestructura sin sentido por el paradigma del sostenimiento de la vida humana. 

Estas tres tentaciones de los dirigentes políticos: usar su puesto, su cargo, su influencia en primer lugar en beneficio propio, buscar la fama y el prestigio antes que el bien del pueblo, y buscar y sacrificar todo para tener más riquezas y más poder son una realidad en nuestro país. De caer en esas tres tentaciones libra, Señor, a nuestros candidatos. 

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