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Elecciones y parálisis legislativa

¿Qué opinaría usted de un jugador de futbol profesional que está en la banca, que al entrar a la cancha a relevar a un compañero decidiera solamente correr por el campo, sin aportar nada al juego? ¿O qué diría si el entrenador le ordenara al jugador que entra al relevo que no haga nada relevante, que sólo ocupe la posición, pero que no se esfuerce? ¿Le parecería lógico ese comportamiento? Bueno, pues en el Congreso de Jalisco suele darse una de esas dos situaciones con las diputadas y diputados suplentes. 

En las legislaturas anteriores eran raras las ocasiones en las que algún suplente tomaba el relevo. Pero en esta ocasión, hubo un cambio en las leyes electorales, y todas las personas adscritas al servicio público que aspiran a un cargo de elección popular tuvieron que pedir permiso a su cargo 90 días antes de la jornada electoral, incluyendo, por primera vez en varios años, a diputadas y diputados. Esto es una novedad, porque antes la ley les permitía estar en campaña y seguir en el Congreso, aunque eso implicara que en la práctica no atendieran los asuntos legislativos. 

Sin embargo, aunque en esta ocasión las y los diputados suplentes sí tuvieron la oportunidad de ejercer el cargo para el que se les eligió, parecería que su diputación fuera de segunda categoría, porque sólo están ocupando el puesto, y da la impresión de que los liderazgos partidistas, o los propios diputados titulares, les ordenaron no hacer nada, no tomar decisiones, incluso no trabajar en la elaboración de leyes. 

Una muestra de eso es la declaración del diputado Jorge Eduardo González, coordinador de la bancada del PAN, afirmando que la ley estatal de víctimas, que complementa la de declaración especial de ausencia, y la de desapariciones, se trabajará hasta que las y los diputados titulares regresen al Congreso, una vez pasadas las elecciones. ¿Cómo debemos interpretar eso? ¿Significa que quienes tienen la suplencia no son representantes del pueblo de Jalisco? ¿O quienes toman decisiones en los partidos políticos no quieren distracciones, y prefieren que no haya movimientos de ningún tipo en el Congreso? ¿O tienen miedo de que se apruebe una ley que esté bien hecha, porque tendría que revisarse junto con representantes de las víctimas de Jalisco? 

Cabe otra posibilidad, y es que quienes actualmente nos representan en el Congreso no saben qué hacer, porque las y los asesores legislativos estén participando en las campañas electorales, apoyando a sus titulares, y por lo tanto no pueden darle continuidad al trabajo, de modo que nuestras legisladoras y legisladores en funciones no pueden adelantar la tarea. 

Si ese fuera el caso, sería más que evidente la necesidad de implementar un servicio profesional de carrera para todo el personal que tiene funciones de asesoría técnica legislativa en el Congreso, de manera que su permanencia en el puesto dependa únicamente de su desempeño, para que estén institucionalmente al servicio del Poder Legislativo, y no de las diputadas y diputados, como ocurre ahora. 

Contar con un servicio profesional ayudaría a que la labor legislativa no se detenga, y se atiendan más efectivamente los problemas de la población jalisciense, como ocurre en otros países, en los que hay personal que tiene años trabajando para la institución, y da continuidad a los asuntos, legislatura tras legislatura. 

Sea cual sea la respuesta, no está bien que la elaboración y aprobación de las leyes que requiere con urgencia un sector de la población que está en una situación de vulnerabilidad esté sujeta a los intereses y disposición de quienes se supone que les representan. 

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Twitter: @albayardo 

jl/I