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Banxico

Para Luis Antonio Caramés Viéitez, QEPD

 

La semana pasada, el presidente López Obrador nominó como gobernador del Banco de México a Luis Arturo Herrera Gutiérrez. Así, para finales de año se espera que habrá cuatro miembros de la Junta de Gobierno del Banxico propuestos por el Poder Ejecutivo (de un total de cinco). 

¿Qué implicaciones tendrá este cambio? Sin duda se mantendrá la estabilidad de los mercados financieros dada la reconocida capacidad de Herrera Gutiérrez. Asimismo, pueden esperarse menos desavenencias entre los titulares del banco central y del Poder Ejecutivo. 

También se prevé una mayor coordinación en el manejo de la política económica. La mayoría de los miembros de la Junta de Gobierno del Banxico serán funcionarios provenientes de la SHCP. Por tanto, cabría esperar que fueran proclives a alinear las políticas monetarias con las fiscales. 

¿Cómo se podría ver reflejada dicha coordinación? Muy probablemente en medidas monetarias y fiscales complementarias y orientadas hacia objetivos comunes. Hasta ahora, las medidas de política de la SHCP han sido procíclicas, mientras que las medidas del Banxico han sido contracíclicas. 

¿Qué medidas contracíclicas distinguen al Banxico? Principalmente, aquellas orientadas a estabilizar los precios y los tipos de cambio y a reducir las tasas de interés. Estas medidas han contribuido a preservar el poder adquisitivo, a evitar crisis crediticias y a generar incentivos para la inversión. 

En este contexto, la alineación de las políticas fiscal y monetaria no es necesariamente deseable. En los últimos años, la falta de coordinación de políticas ha sido benéfica para el país. Las políticas contracíclicas del Banxico han preservado la estabilidad de los mercados financieros pese a la crisis económica. 

La alienación de las políticas también podría afectar la independencia del Banxico. La independencia de sus decisiones con respecto a aquellas de los titulares del Poder Ejecutivo evitó que las crisis de 2008 y 2020 tuvieran los efectos traumáticos que tuvieron aquellas de 1982 y 1994.  

La independencia del banco central ha facilitado la recuperación de la economía mexicana cuando ha habido crisis económicas. La misma ha permitido crear la confianza necesaria para reactivar la economía. Asimismo, ha permitido establecer contrapesos a las decisiones y deseos del Poder Ejecutivo. 

El Banxico podría enfrentar dilemas institucionales y operativos si se alinean las políticas fiscal y monetaria. Ello porque hay objetivos económicos que no son necesariamente consistentes entre sí. Hasta ahora dichos dilemas se han evitado porque el banco central tiene como único objetivo estabilizar los precios. 

En mi opinión, Luis Arturo Herrera tiene grandes dilemas en puerta: preservar la independencia y credibilidad del banco central, sostener las políticas contracíclicas, tomar decisiones que le ganen credibilidad propia y conservar sus lealtades. Sin duda, sus decisiones tendrán importantes consecuencias para el país. 

jl/I