INICIO > OPINION
A-  | A  | A+

Desapariciones en México, crimen perfecto

Familiares de personas desaparecidas han sido expuestas a un ciclo de revictimización, siendo víctimas de la indiferencia, falta de avances e impotencia frente a la inacción de algunas autoridades. 

“La búsqueda, la investigación, el establecimiento de responsabilidades, el develamiento de la verdad y la reparación integral no siempre constituyen una prioridad para algunas de las autoridades” y no se han atendido las causas profundas de las desapariciones. Se observa “una impunidad estructural que favorece la reproducción y el encubrimiento de las desapariciones forzadas”, la falta de coordinación entre autoridades y de mecanismos efectivos de rendición de cuentas, así como “los avances en materia forense se ven oscurecidos por una grave crisis”. 

Además, existen “diversos patrones en la comisión de desapariciones forzadas en distintas regiones del país que operan de manera simultánea y evidencian escenarios de connivencia entre agentes estatales y el crimen organizado”. A esto se suma el señalamiento de que la desaparición constituye un paradigma del crimen perfecto en México y la condena enérgica ante la vandalización del mural del colectivo Por Amor Ellxs, en Guadalajara. 

Lo anterior fue presentado el viernes por el Comité de las Naciones Unidas contra las Desapariciones Forzadas (CED), al concluir su visita en México. El comité sostuvo 48 reuniones con más de 80 autoridades y 33 reuniones con cientos de víctimas, decenas de colectivos de búsqueda y organizaciones de la sociedad civil en 13 estados de la República. 

En las reuniones con el CED se compartieron las experiencias, retos ante la problemática, acciones llevadas a cabo para atenderla, así como propuestas de soluciones. La información presentada evidenció que en México existe una grave crisis humanitaria que no se ha podido revertir por años. Ante ello, el comité emitirá recomendaciones dirigidas a las autoridades mexicanas basadas en un diagnóstico detallado de lo que acontece, a fin de que se avance para que sean superadas las deficiencias, y se construyan estrategias para la erradicación y prevención de las desapariciones. 

Tal como he señalado en la columna anterior, esta acción había sido esperada desde 2013 y es un precedente a nivel internacional, ya que representa la primera visita del CED a un país. Ahora parece que este mecanismo a futuro será aún más aprovechado por el comité, ya que en los últimos días se anunció que próximamente se llevará a cabo una visita oficial a Irak. 

La falta de antecedentes sobre el proceso de seguimiento de la visita genera incertidumbre, sin embargo, también representa una oportunidad para establecer un mecanismo de presión para el pleno cumplimiento de las recomendaciones, pensando en una ruta específica, coordinada y participativa de monitoreo y evaluación. Lo anterior considerando que a lo largo de los últimos años las autoridades mexicanas han adoptado diversas medidas para atender las graves violaciones a los derechos humanos en seguimiento a recomendaciones emitidas a nivel internacional. Sin embargo, posteriormente el compromiso para su implementación en muchas situaciones quedó limitado y no se ha logrado avanzar para atender la problemática de fondo. 

Se espera que las autoridades tengan voluntad política real y dediquen esfuerzos para aplicar con seriedad las recomendaciones que emita el CED y que su acción verdaderamente “contribuya a dar solución al flagelo de las desapariciones forzadas en México”. 

Si bien durante la visita del CED las heridas abiertas para miles de víctimas se llenaron de expectativas, tal como señaló el comité, “la desaparición forzada es un problema de todos, de la sociedad mexicana en su conjunto y de la humanidad entera”, y “sus dimensiones son tales que están dejando huellas profundas e irreparables para las víctimas, pero también para la sociedad”. Esperamos que esta visita pase a la historia tanto por la atención a la problemática de todos los ámbitos del poder público como por involucramiento y exigencia generada desde la sociedad mostrando la solidaridad, que abonen a construir caminos reales que hagan efectivos los derechos a la verdad y la justicia. 

[email protected]

jl/I