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La basura ya apesta

El enredo en torno a la disposición final de la basura del Área Metropolitana de Guadalajara no es un asunto sencillo. De entrada, es complicado creer que algún municipio aceptaría tener un basurero metropolitano en su territorio, sobre todo porque la experiencia en Jalisco nos dice que un tiradero es sinónimo de desastre ambiental. 

El problema tendría que ser resuelto por Caabsa Eagle, según distintos funcionarios y presidentes municipales, ya que la empresa concesionaria de la recolección, traslado y disposición final de la basura en Guadalajara es la que requiere con mayor urgencia un lugar para llevar los desechos de la ciudad. 

La empresa Caabsa Eagle cobra al municipio de Guadalajara por la disposición final de la basura. A pesar de ello, desde hace meses han sido las autoridades de los municipios y el mismo gobierno del estado quienes han trabajado en la búsqueda de un lugar para tirar la basura. 

Las malas prácticas de Caabsa en el manejo del tiradero de Matatlán son la carta de presentación que impide que un municipio confíe en los compromisos de que el nuevo sitio al que se llevará la basura tendrá todas las condiciones para que no contamine y una vez que se llenen las celdas se conviertan en espacios de uso público, con aprovechamiento de los gases y un manejo impecable de los lixiviados. 

Por lo menos eso fue lo que sucedió en Tala, donde el ayuntamiento rechazó el proyecto que se presentó, en el que se hablaba de todas las medidas de seguridad ambiental que habría con el vertedero. Ni la población ni las autoridades municipales les creyeron y dijeron no. 

Mientras la solución no llega, hay dos conflictos paralelos que van subiendo de nivel. Uno de ellos es el de los pepenadores de Matatlán, quienes comenzaron un plantón en la Plaza de Armas para exigir que el basurero no se cierre y les permitan seguir sacando la basura. Esta postura, según algunos funcionarios, es impulsada por la propia empresa Caabsa, que ya en ocasiones anteriores ha utilizado la necesidad de trabajo de los pepenadores para presionar a las autoridades. Ayer la protesta incluso derivó en actos de violencia, con pepenadores detenidos y heridos. 

El segundo problema que sigue creciendo es el retraso en la recolección de la basura. Algunos trabajadores de este servicio de aseo público han confirmado a los ciudadanos que habrá menos días para recoger los desechos domiciliarios porque no hay espacio suficiente para llevarlos, incluso sumando los sitios actualmente disponibles. 

Así, algunos tapatíos toman medidas para que su basura no se convierta en un foco de infección en casa, otros dejan que se acumule en las esquinas o en puntos limpios y botes públicos de basura. 

Con todos estos elementos, resulta complicado encontrar pronto una solución al conflicto de la basura. Y la empresa Caabsa, que sería la que tendría que estar planteando propuestas, ha dejado prácticamente en manos de las autoridades la solución. 

Y mientras todo esto sucede, no se ha mencionado la posibilidad de revisar los contratos con la concesionaria, la cual tampoco ha presentado un plan claro para la restauración ambiental en torno al tiradero de Matatlán, que además requerirá una inversión millonaria. 

La relación de la empresa Caabsa y los gobiernos de Movimiento Ciudadano ha sido tersa en todo momento y ni las quejas por el mal servicio ni los incumplimientos en diferentes momentos han provocado diferencias abiertas. La razón, aseguran, es que todo el tema de la basura lo lleva el jefe de Gabinete, Hugo Luna Vázquez y ni por tratarse de contratos con los ayuntamientos hay posibilidades que otra autoridad intervenga. 

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