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Guadalajara, sin transparencia

En el gobierno de Guadalajara encabezado por Pablo Lemus hay una constante falta de transparencia en los asuntos más básicos: la agenda y los dictámenes. 

El presidente municipal tiene una agenda muy activa casi todos los días dentro del municipio, pero no siempre es transparentada y menos ahora que anda en España. 

Lleva desde el 27 de mayo ausente porque pidió licencia al cargo y hasta el momento se desconoce lo que está haciendo por aquellos lares. 

Lo único que se conoció del viaje fue lo que dijo en entrevistas previas con medios de comunicación y quizás consideren que es suficiente para dar a conocer oficialmente sus actos, pero parece que no fue prioritario hacer pública la agenda en la página oficial del Ayuntamiento de Guadalajara o a través de los chats de mensajería que se tiene con la prensa. 

El alcalde llega de este viaje al extranjero el 7 de junio y la incertidumbre de lo que hace allá se mantiene, sólo dejó dicho que el viaje a España lo paga de su bolsillo y que iba a recoger un premio y ver la recolección de basura. 

Aunque se pidió conocer la agenda de este viaje, al que sí lleva la investidura de alcalde, ésta no ha sido proporcionada y tampoco se ha dicho si también aprovechó para tomar vacaciones o si todos los días serían de actividades como funcionario público. 

Parece que no es importante especificar anticipadamente todos estos detalles y los asuntos a tratar; ni siquiera se sabe cuándo salió hacia este destino o si iba a visitar a otro país, porque se empeñan en mantener todo en la oscuridad. 

Aunque los gastos corren de su bolsa, se le autorizó por el pleno la salida y se nombró a un suplente; esto no le quita la obligación de informar a sus gobernados lo que hace fuera del país debido a que tiene la representación como alcalde. 

Parece que hace uso de las viejas prácticas, que apuestan los recientes gobernantes, de preferir la escasa difusión para que no haya cuestionamientos ni malas notas. 

Pese a que se habló de recibir un premio se desconoce el porqué, el cómo, el cuándo y el dónde, y ni siquiera los regidores de oposición o de su propio partido tienen estos detalles. 

Ya sabemos que el alcalde se manda solo, pero gobierna a través de un cuerpo colegiado que, como mínimo, debería mantenerlos informados y así como usa sus redes sociales para estar en contacto con la sociedad, debería estar transparentando su viaje y dando a conocer su agenda viajera en vez de repetir lo que hizo días atrás. 

Las sesiones de ayuntamiento también se han convertido en una dinámica de opacidad constante. 

Ya pasaron ocho meses de gobernar esta ciudad y todavía se desconoce lo que se va a votar en cada sesión, así como las comunicaciones que llegan. 

Esos días están votando asuntos que sólo ellos conocen porque no se hacen públicos, sino hasta días después. 

Así que las sesiones se convierten en escenarios visuales que repiten códigos y números que sólo ellos entienden, y que su apertura en transmitir en línea y al momento queda reducida a sólo ver si se pelean. 

La apuesta hasta el momento es que se enteren como puedan bajo el pretexto que crearán un sitio específico para estos asuntos que sigue en trámite. Mientras tanto, continúan en el oscurantismo las decisiones que se toman para regir a toda la ciudad y ni siquiera les causa preocupación que los medios de comunicación estén solicitando sus datos. 

Queda demostrado que la proactividad de este gobierno en cuanto a transparencia y difusión es nula; hasta el momento no hay acciones que demuestren el interés en dar a conocer lo que hace el gobierno. 

Hay un control tan excesivo que sólo quieren que se publique lo que hay en redes sociales, lo que mandan por chat y lo que declara en todos los eventos que se le pregunta, pero en cuanto a decisiones que toman, llega tarde la información. 

No será el único gobierno que lo hace, pero sí llama la atención que siendo el más importante del estado no ponga el ejemplo y que llegue a decir que es transparente, cuando no lo es en los hechos. 

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jl/I