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Trastornos alimenticios, más cerca de lo que pensamos

Dejar de comer, o de lo contrario, hacerlo compulsivamente para después dar paso a la culpa y buscar métodos que compensen la acción es una situación que sucede cotidianamente en cientos de hogares a la sombra de padres de familia que desconocen completamente la situación de sus hijas e hijos. 

La anorexia, la bulimia, el trastorno por atracón, así como el evitativo o restrictivo de la ingesta son algunos de los trastornos de la conducta alimentaria (TCA) y deben tratarse como enfermedades mentales.  

En los últimos años, posteriores a la pandemia, han despuntado las consultas a causa de ellos, por lo que es importante subrayar que esto va más allá de una simple moda que se replique sólo por “verse bien”. Cualquier TCA ataca multifactorialmente y daña órganos vitales que puede derivar en la muerte. 

El abordaje debe ser con un enfoque científico y multidisciplinario, pues debe englobar factores biológicos, psicológicos y sociales. Un tratamiento de TCA dura aproximadamente 25 semanas, aunque el periodo depende de la gravedad y el compromiso de la o el consultante y su familia. 

Hace siete años, la Academia de Trastornos Alimenticios de Estados Unidos (AED, por sus siglas en inglés) comenzó a impulsar una iniciativa para establecer el 2 de junio como el Día Mundial de Acción por los TCA. La idea es visibilizar los 70 millones de casos que se calculan hay en el mundo –afectan a niñas, niños, adolescentes y jóvenes, principalmente–, así como ampliar el conocimiento de los TCA entre los profesionales de la salud a fin de que tengan las suficientes herramientas y puedan actuar en la recuperación de las personas. 

Este año el lema que se estableció fue “Cuidando al cuidador”. La mayoría de las veces –en cualquier enfermedad– quien está al pendiente del o la que vive con el trastorno siente una constante preocupación que puede traducirse en padecimientos que perjudiquen notoriamente su salud, esto sin contar el desgaste emocional y la ruptura de lazos familiares. 

Invito a la población a que se sume a las actividades que se realizan estos días por la conmemoración. De manera particular, en Instituto Caita –con más de 16 años de trabajo arduo en consulta, investigación y formación de profesionales de la salud– se creó la campaña titulada El cuerpo no se juzga, la cual se promueve en sus redes sociales. 

Seamos parte de las respuestas y no de las estadísticas y, sobre todo, dejemos de opinar del cuerpo ajeno. Recordemos que cada uno vive su propia realidad. 

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