INICIO > OPINION
A-  | A  | A+

Manual de lo que se puede decir

En Jalisco, la tierra de la felicidad y la prosperidad, donde se defiende la democracia y el federalismo, todo está bien. Las inversiones son bienvenidas y estarán bien protegidas porque lo más importante son los negocios. 

Quien habla de crímenes imparables no está viendo el panorama completo. Quien dice que somos vulnerables ante la delincuencia está perdiendo de vista lo que el gobierno ve claramente, que se están matando entre ellos y no hay nada de qué preocuparse. Incluso la delincuencia común son casos aislados. Como el ataque del viernes a una periodista en Puerto Vallarta, que fue esclarecido inmediatamente como un robo, a pesar de que otras personas quieren ver en ello un ataque contra la libertad de expresión. Si el propio gobernador asegura que todo se trató de un robo, ¿quién puede dudar de su sinceridad y su integridad? 

Nadie ose contradecirlo, ni siquiera si se trata de una autoridad eclesiástica. Y mucho menos para andar diciendo que en algunas regiones de Jalisco hay grupos de personas armadas que restringen la libertad de tránsito con retenes para indagar quién pasa por ahí y con qué intenciones. Eso no puede pasar aquí porque todas las corporaciones policiales y de procuración de justicia aseguran que trabajan siempre en total coordinación y armonía, con los mismos objetivos de servir a la ciudadanía y mantener la paz. 

Cuando algún integrante de las fuerzas del orden llega a cometer algún hecho ilícito o es acusado de crímenes como desaparición de personas, seguramente se trata de algún malentendido que se puede solucionar. Ante todo, se ha de mantener la presunción de inocencia y el debido proceso. En caso de que se llegara a acreditar ese tipo de actividad criminal de algún policía, ha de considerarse como un caso aislado porque si alguna vez hubo infiltración de la delincuencia en las filas de la Fiscalía del Estado, de la Secretaría de Seguridad o de las policías municipales, se han hecho todos los esfuerzos para depurarlas y capacitar a los elementos operativos y administrativos en el respeto a los derechos humanos, a la legalidad y al estado de derecho. 

Los resultados son notorios: una drástica disminución en la cantidad de carpetas de investigación. Aunque haya quien dice que las cifras están maquilladas y que hay áreas de la Fiscalía dedicadas a desestimar las denuncias de manera intencionada para que nunca lleguen a abrirse los procesos penales, lo cierto es que los números no mienten y hay una caída de delitos bajo investigación. La percepción de inseguridad es algo subjetivo que poco tiene que ver con la tranquilidad que se vive en nuestras empresas, en nuestros hogares y en nuestros pueblos mágicos. A pesar de que los medios de comunicación retratan en ellos balaceras, narcobloqueos, ejecuciones y desapariciones de personas, estamos blindados ante la violencia que se vive en otros estados. 

Los familiares de las personas desaparecidas deberían saberlo y no andar de revoltosos por ahí, pegando fichas con retratos de los ausentes. ¿No ven que afean las calles ante las miradas de los turistas y del mundo entero que tiene puestos los ojos en la tierra de la Capital Mundial del Libro, próxima sede del mundial de futbol, cuna de astronautas, boxeadores, futbolistas y pilotos extraordinarios? 

Quien se niega a ver todo lo bueno y se enfoca en rumores de inseguridad está mal informado, habla a la ligera o quiere que le vaya mal a Jalisco. Quien no esté de acuerdo con este manual de lo que se debe y puede decir es enemigo de Jalisco, es un alarmista, un mentiroso o una persona que tiene una agenda política distinta a la que conviene a los negocios. 

Twitter: @levario_j

jl/I