INICIO > OPINION
A-  | A  | A+

La impunidad y la ley de la selva

Los videos que un par de jóvenes grabaron arriba del Puente Matute Remus podrían parecer una simple falta vial. De hecho, seguramente sancionarlos, más allá de la infracción que cometieron, será complicado. El tema de fondo es la forma en que se burlan de una autoridad ausente, en un punto importante de la ciudad, sabiendo que la impunidad reina en Jalisco. 

Sí, porque al igual que el influencer que detuvo una tarde el tráfico con sus vehículos deportivos y una noche un grupo de motociclistas, en plena calzada Lázaro Cárdenas, así se cometen los peores delitos sin que existan sanciones. 

La impunidad es la base de la inseguridad y la violencia que vive el estado. Los delitos se cometen porque los victimarios saben que pueden hacerlo, porque el ciudadano no denunciará y, si lo hace, las posibilidades de que se llegue a una sanción son mínimas. 

El 5 de julio pasado, Juan Levario publicó en El Diario NTR Guadalajara el informe 2022 del World Justice Project sobre el Índice de Estado de Derecho. Los números son abrumadores, pero corresponden con la percepción que tenemos los ciudadanos: Jalisco ocupa la décimo primera posición a nivel nacional entre los peores evaluados, pues apenas alcanzó una calificación de 0.34 sobre 1. La media nacional fue de 0.36. 

El estado de derecho es ese espacio en el que la ley se cumple y las autoridades hacen su trabajo para que eso suceda. Pero al reinar la impunidad, Jalisco es el segundo peor estado en rezago en procuración de justicia. 

Esta es la razón por la que un comando armado, integrado por varios vehículos, puede llegar a una vivienda, sacar a sus ocupantes y llevárselos, para cruzar la ciudad sin ser captado por una cámara de videovigilancia y sin encontrarse con alguna patrulla. También por eso pueden asesinar a cualquiera en la vía pública, sin ser detenidos o, incluso, matar a un ex gobernador en un bar lleno, ubicado en una plaza y sobre la avenida más importante de Puerto Vallarta. 

En la edición de este diario, ayer Juan Levario también informó sobre el hallazgo de fosas clandestinas y cuerpos rescatados de las mismas en el primer semestre de este año por arriba del mismo periodo en 2021. El promedio mensual de sitios clandestinos de inhumación casi se duplicó de un año a otro. 

De hecho, hace tiempo que Jalisco ocupa el primer lugar nacional en fosas clandestinas y en cuerpos rescatados de las mismas. Algunos de estos sitios se encuentran en zonas no habitadas, pero también hay otros que son viviendas en zonas densamente pobladas e incluso en colonias residenciales. ¿Cómo pasan desapercibidos? Porque saben que pueden hacerlo con un bajo riesgo de ser ubicados. 

Zonas como Providencia, el Centro de Guadalajara y los entornos de avenida Chapultepec han cobrado fama por los motoladrones y los ladrones de autopartes. Todas son zonas de intenso movimiento vial y negocios con actividades, pero eso no ha sido un impedimento para que los robos, esos que no se denuncian, sean el pan de cada día. 

Las consecuencias de la impunidad que prevalece en Jalisco son tan variadas como sus causas: errores en las decisiones políticas como la casi desaparición de la policía vial; los policías no quieren ser primeros respondientes por las obligaciones que les marca el nuevo sistema penal; los policías son superados en armamento por los delincuentes; las corporaciones están infiltradas por la delincuencia, según lo admitió la misma autoridad y, la más importante, un gobierno estatal que cierra los ojos para así negar la realidad de inseguridad y violencia que enfrentan los ciudadanos. 

Sin autoridad, lo que nos queda es la ley de la selva, donde quien tiene más dinero y poder, es quien se impone. 

[email protected]

jl/I