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Apoyar al Congreso

Hace algún tiempo me preguntaron por qué le dedico tanto tiempo a observar lo que ocurre en el Congreso de Jalisco y a tratar de incidir en su desempeño, porque no entendían qué podía haber de valioso en una institución tan desprestigiada en nuestro estado, por muchas, variadas y válidas razones.

Reconozco que es cierto, el Congreso es muy poco apreciado, y quienes se supone que nos representan ocupando una diputación no tienen buena fama. Por eso es que las opiniones en contra de que se aumentaran el sueldo fueron prácticamente unánimes y la presión social resultó tan fuerte, que decidieron dar marcha atrás al intento, y hasta dejaron por escrito que no aumentarán su sueldo en lo que resta de la actual legislatura.

Sin embargo, después de 15 años dedicado a eso, puedo decir que vale la pena hacerlo porque he podido observar cómo la ciudadanía puede incidir en lo que ahí ocurre, cuando se decide a hacerlo. Es cierto, no siempre se logra todo lo que se desea, los intereses en juego son muchos y muy fuertes, y además en varias ocasiones esos intereses están encubiertos, por motivos que desconocemos, y que por lo tanto no podemos saber si son legítimos o no, como en el caso de la reciente decisión de retirar del orden del día la discusión de una iniciativa de ley para favorecer la donación de órganos.

Pero, por otra parte, el no observar con cuidado lo que ahí ocurre nos puede llevar a caer en el error de tirar al niño junto con el agua sucia de la bañera. No todo lo que se hace en el Congreso está mal hecho o es mal intencionado, aunque tampoco es cierto lo opuesto. Claro que no es sencillo distinguirlo, porque los intereses y resultados están entreverados, y esa es la razón por la que es necesario que la mayor cantidad posible de personas ponga atención a lo que se hace.

Por ese interés ciudadano hemos pasado de un Congreso que todo lo hacía oculto a la vista del público a uno en el que poco a poco están más a la vista las decisiones que se toman y los momentos en los que lo hacen. Claro, todavía falta mucho, y en especial en lo que se refiere a la rendición de cuentas, es decir, que nos expliquen con claridad qué criterios utilizaron para tomar sus decisiones, y por qué consideraron que eran los más adecuados en ese momento.

Pero, sigue la pregunta, ¿por qué es valioso eso? Porque en la medida en que la ciudadanía fuerce al Poder Legislativo a cumplir con su trabajo, y a hacerlo bien (porque se puede trabajar mucho, pero dar malos resultados), en esa medida iremos teniendo leyes que nos ayuden a vivir de manera más armoniosa, en vez de que nos compliquen la existencia.

Porque, en la medida en que el Congreso haga mejor su trabajo, habrá más presión sobre los funcionarios del gobierno del estado y de los municipios para hacer bien lo que les corresponde, porque si no lo hacen así, recibirán las sanciones que corresponden. Y eso significa que nuestros impuestos se irán invirtiendo mejor, y por lo tanto tendremos cada vez mejores bienes y servicios públicos.

Parecerá ingenuo lo que planteo, pero está claro que cuando esperamos lo mejor de alguien, le apoyamos para que lo logre, y en muchas ocasiones así ocurre. Lo mismo pasa con las instituciones, podemos ayudar a que funcionen bien.

Y si no nos interesa que nada de eso ocurra, entonces simplemente hay que seguir ignorando al Congreso, dejando que quienes ocupan los cargos de representación popular hagan lo que quieran, como en buena medida lo hemos hecho, con los resultados que ya padecemos.

Es nuestra decisión hacer lo necesario para que las instituciones funcionen bien. ¿Qué haremos?

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Twitter: @albayardo

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