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Van por autores de la tragedia

HOMENAJE. Cientos de aficionados asistieron al estadio en memoria de las víctimas de la estampida que enlutó al futbol de Indonesia y del mundo. (Foto: Cortesía EFE)

Las autoridades de Indonesia se comprometieron este lunes a esclarecer la muerte de 125 personas, incluidos 17 menores, durante una estampida en un estadio de futbol después de que la policía lanzara gases lacrimógenos contra aficionados violentos.

El Estadio Kanjuruhan de la ciudad de Malang, en la isla de Java, vivió el sábado la peor tragedia en el fútbol indonesio y unos de los peores episodios en este deporte jamás registrados en todo el mundo.

El ministro indonesio de Seguridad, Mahfud MD, anunció hoy la formación de una comisión independiente para investigar lo ocurrido en el Estadio Kanjuruhan, donde este lunes jugadores y empleados del club de futbol Arema y aficionados rindieron con lágrimas homenaje a las víctimas.

En una rueda de prensa, Mahfud dijo que la comisión investigará los actos de violencia cometidos por parte de los aficionados, así como la actuación de los agentes en caso de que se extralimitaran en el uso de la fuerza.

El equipo de investigadores, que incluirá a responsables de ministerios, futbolistas profesionales, organizadores de eventos deportivos, profesionales de medios de comunicación y académicos, publicará sus conclusiones en 2 o 3 semanas, según el ministro.

El jefe de la Policía de Malang, Ferli Hidayat, ha sido apartado del cargo, mientras se realizan las investigaciones, y 28 agentes están siendo sometidos a examen debido a los incidentes durante el partido del sábado en Malang, en la isla de Java.

CHOQUES

La tragedia ocurrió después de que miles de aficionados del Club Arema, el equipo local, irrumpieran en el campo tras una derrota 2-3 ante el Persebaya Surabaya y chocaran contras las fuerzas de seguridad, dejando al menos 125 fallecidos, incluidos dos policías y 17 menores, y más de 320 heridos.

Los agentes de seguridad respondieron con gas lacrimógeno en un intento de frenar los ataques, lo que hizo cundir el pánico entre los aficionados y provocó una estampida.

La rabiosa multitud embistió contra los policías y destrozó diversas infraestructuras del centro deportivo, así como una quincena de vehículos, en un brote de violencia que fue calificado por la Policía como "anárquico".

La mayoría de las víctimas sucumbió por razones de asfixia, traumas o pisoteados, según indicaron fuentes hospitalarias y testigos.

"Al principio solo escuchábamos el ruido de las bombas (de gas lacrimógeno), de los golpes, gritos, el llanto y la gente rompiéndolo todo", indicó a EFE el portero brasileño Adilson dos Santos, que lleva más de un año en el Arema.

"Pero luego empezaron a traer a los heridos, algunos ya muertos. Muchos estaban azules por la falta de oxígeno y se morían delante de nosotros", relató Santos, de 32 años, en una entrevista telefónica.

"No teníamos a dónde escapar, estábamos esperando al momento en el que (los hinchas) vendrían a por nosotros. Fueron las peores horas de mi vida", agregó el futbolista, oriundo del sureño estado de Paraná.

A raíz de la tragedia, la liga indonesia suspendió temporalmente todos los encuentros programados de la competición.

jl/I