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La Tuneladora o cómo vender espejitos

REPORTEANDO

La Tuneladora o cómo vender espejitos

Violeta Meléndez

 

Tapatíos perturbados por atentados de carácter terrorista en el transcurso del lunes 21 de mayo. Balacera, heridos, histeria; toma y quema de camiones con personas adentro; nerviosismo, pánico, incertidumbre; luego vino el recuento de los daños: heridos, 12, 15, 16… Muertos: Tadeo de 8 meses, Javier Sánchez, un trabajador que solo iba cruzando un puente; 10 hospitalizados graves o regulares, pero todos lesionados, todos alcanzados por la violencia irracional.

En cuestión de horas la ciudad se convirtió en una zona de guerra llena de personas asustadas sin saber cuál es un lugar seguro, sin saber si trasladarse a su casa era la mejor idea o quizá permanecer donde estaban. La policía en silencio, los gobiernos municipales y estatales también, solo reporteros en calle informaban en tiempo real así como usuarios irresponsables de redes sociales, que solo difundían videos y datos sin confirmar que abonaban a la desinformación y al nerviosismo común.

Ya en la noche, casi 5 horas después del primer ataque contra Luis Carlos Nájera, vino la información oficial con el gobernador y el funcionario atacado que salió con vida. Pero el pasmo, el miedo, la angustia y la tristeza por lo que había ocurrido, sobre todo a los que resultaron lesionados al ir caminando o usar un camión, persistían.

La muerte de Tadeo, un bebé de solo 8 meses que usaba el transporte público en brazos de su madre, sobre Mariano Otero al cruce con Las Torres, fue el golpe seco que azotó a aquellos quienes no habían dimensionado la gravedad de los ataques, pero también asestó a quienes ya padecían el dolor de lo ocurrido. Le tocó a Tadeo una de las muertes más temidas e injustas, mientras que su madre también fue gravemente lastimada y se debate entre la vida y la muerte.

Qué terrorífica noticia la que sacudió a la gente, todos hablaban de eso, algunos hasta las lágrimas, y sin saber cómo manejarlo con sus hijos, los más pequeños que preguntaban el porqué de una situación tan inconcebible. Estos sentimientos solo se acentuaron cuando se supo de la muerte de Javier Sánchez, víctima de una bala perdida de los mismos ataques relacionados con el ex fiscal.

Mientras los tapatíos seguían con preguntas sin responder, miedo y rabia por lo ocurrido, esperando una declaratoria de luto por tremenda tragedia o algún otro signo de empatía, Nájera continuó su agenda de trabajo y hasta la publicó en redes para demostrar lo insignificante que para él fueron los hechos; peor aún, el jueves 24 el gobernador Aristóteles Sandoval encabezó un evento con bombo y platillo, 300 invitados y decenas de medios para… recibir a la Tuneladora “La Tapatía”, por haber concluido el trabajo para el cual fue armada.

Aplausos, fotos, videos, bandera de México… todo eso para rendir honores a una máquina que perforó 4 kilómetros de suelo con tal de abrirle paso a la Línea Tres que, por si fuera poco, implicó cierres viales por meses que ocasionaron la quiebra de decenas de negocios en el Centro, el Santuario, Revolución; detonaron los asaltos, las vibraciones cuartearon casas y patrimonio histórico (Casa de los Perros, templo de San Francisco) e impactó mantos freáticos cuya agua se tiró por horas al drenaje.

Todo eso causó el paso de la Tuneladora para una obra de movilidad que sí se necesita en la ciudad, pero que por las prisas de terminar en el sexenio se descuidaron sus impactos e incrementó su precio, de 25 mil millones a 32 mil millones de pesos.

Pero hay que aplaudirle y fuerte, consideró el gobernador, aunque haya personas internadas y familias llorando la pérdida de seres queridos por un fenómeno criminal que sacudió a una ciudad entera, y que todavía no acaba de asimilar. ¡Bravo, Tuneladora! Vaya que has sido muy oportuna.

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