Convocatorias desiertas por capricho

Si usted piensa que los diputados locales son caprichosos, podría tener la razón, porque en el caso de convocatorias para nombramientos se dan el lujo de hacerlos a su modo, y después no les resulta y tienen que declararse desiertas.

En cada legislatura se hace un listado de todos los nombramientos que tienen que realizarse porque representan las cuotas políticas que pueden repartirse por fracción parlamentaria, y también la oportunidad de meter a sus cuates para esos cargos.

Empero, hay ocasiones en que pese a sus deseos de imponer, no lo logran, porque precisamente los favoritos no consiguen obtener las calificaciones idóneas para ser elegidos en vez de otros que sacaron mejores calificaciones y evitar ser cuestionados, o porque simplemente son nombramientos honoríficos de desinterés político.

Estos dos ejemplos ocurrieron en menos de un mes, y en las próximas semanas tendrán que declarar convocatorias desiertas para magistrados del Tribunal de Justicia Administrativa y para integrantes del consejo ciudadano de desaparecidos a nivel estatal.

El primer caso es donde tienen altos sueldos, y en el segundo solamente son honoríficos, y aun así no lograron hacer los nombramientos.

Para poder ser alguno de los magistrados hubo mucho interés en participar, incluso había una cartera amplia de perfiles donde se podría escoger. Lo malo fue que ninguno de los que obtuvieron puntajes altos lograron “llenar el ojo”, como se dice coloquialmente, de las fracciones parlamentarias a las que les tocaba proponer nombres, y al final decidieron abortar este proceso y que se volviera a realizar.

Todo esto sin importar el gasto que se hizo en la aplicación de exámenes a través de una organización nacional o el tiempo que todos los aspirantes le dedicaron a este proceso debido a las diferentes etapas, que los obligaron distraerse de sus actividades normales; todo eso es lo que menos les importa.

Y cuando se trata de integrar organismos ciudadanos que ayuden a la toma de decisiones y garantizar la pluralidad también fallaron porque dieron poco tiempo para la difusión de esta oportunidad, y en menos de cinco días pretendían difundir la convocatoria y que los interesados llegaran a inscribirse.

El resultado fue que sólo una persona se registró, precisamente por esa celeridad de un proceso que solamente consideró los tiempos de los diputados locales y nunca pensaron en los ciudadanos, quienes necesitan tiempo para organizar sus documentos y sus vidas para poder participar.

Precisamente, en esta última opción como no era políticamente interesante y los entes políticos están distraídos por ser época electoral no mandaron a nadie a inscribirse y simplemente se quedó truncada, porque cuando esto ocurre siempre mandan a gente a ocupar las sillas.

Este escenario era predecible, pero le apostaron a que cuando menos acudirían mínimo los seis que necesitaban elegir, y vaya sorpresa, únicamente acudió uno y ahora tienen que volver a empezar.

Y con estos hechos, ¿quién les reclama a los diputados locales su incapacidad para llevar estos procesos a cabo y los recursos económicos que desperdiciaron? Si esto fuera una empresa ya habría números rojos, reclamos por improductividad y hasta despidos. Lástima que aquí eso no les importe.

jessipilar@gmail.com

jl/I

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