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Testigo detalla ruta de la cocaína de Colombia a México

(Foto: Especial)

Nueva York. El narcotraficante colombiano Juan Carlos Ramírez, alias Chupeta, detalló hoy los diversos métodos que utilizó durante casi dos décadas para enviar cocaína desde Colombia a sus socios del Cártel de Sinaloa en México.

En su segundo día de testimonios ante la fiscalía, Martínez mencionó entre sus métodos de envío aviones, barcos pesqueros, lanchas rápidas, avionetas y “submarinos” o lanchas rápidas modificadas para viajar por debajo de la superficie.

Con la cara deforme tras cuatro o cinco cirugías plásticas que se realizara para tratar de cambiar su apariencia, y con guantes oscuros, Ramírez dijo que envió cientos de toneladas de cocaína a México entre finales de la década de 1980 y su arresto en 2007 en Brasil.

Como líder del colombiano Cártel de Norte del Valle, Martínez comenzó a enviar aviones con cocaína desde finales de la década de 1980, y en la década de 1990 cambió a buques camaroneros, que eran recibidos en México por lanchas pesqueras que llamó “chalupas”.

En el año 2000, luego de purgar cuatro años de prisión en Colombia, Ramírez comenzó a enviar cocaína en lanchas rápidas que cargaban dos toneladas de cocaína, aproximadamente.

Entonces, decidió reducir su perfil como narcotraficante debido a que se enteró de que Estados Unidos lo investigaba. También resolvió entonces dejar de distribuir y comercializar la cocaína directamente en Estados Unidos.

Hasta el año 2000, Ramírez había enviado cocaína a México, donde el Cártel de Sinaloa le cobraba entre 40 y 45 por ciento para cruzarla hacia Los Ángeles, y sus propios operadores del Cártel del Norte del Valle la recibían y comercializaban.

Después de esa fecha, Ramírez desmanteló su infraestructura para recibir cocaína en Estados Unidos, con lo que el Cártel de Sinaloa una vez que recibía la droga en México la exportaba a territorio estadunidense y aparentemente se encargaba también de comercializarla.

Bajo ese esquema, Ramírez mandó una serie de 10 cargamentos de drogas que llamó “Juanitas”, ya bajo el entendimiento de que sus operadores no recibirían la cocaína en Estados Unidos.

Esas “Juanitas” fueron enviadas de Colombia hacia el Pacífico mexicano desde finales de 2002 y hasta enero o febrero de 2005. Esa última “Juanita” fue un “submarino” que tal como los dos envíos anteriores fue confiscada por autoridades de Estados Unidos.

Ramírez continuó con el método de los submarinos, para enviar entre ocho y 10 de estas naves, cada una con cuatro o cinco toneladas de cocaína.

Tras este método, Ramírez trató con avionetas, que llamaban “cometas”, y que aterrizaban en Guatemala. De ahí, el Cártel de Sinaloa transportaba la cocaína a México, de acuerdo con los dichos de Ramírez.

Interrogado por la fiscal argentina-estadunidense Andrea Goldbarg, Martínez explicó también los arreglos de corrupción que mantenía con autoridades de Colombia, que le permitieron seguir operando su organización incluso cuando se entregó a las autoridades en 1996.

En sus poco más de cuatro años de tiempo de prisión en Colombia, Ramírez aseguró que fiscales mexicanos lo visitaron a fin de interrogarlo. Sin embargo, él se negó a revelar detalles de su operación debido a que esos fiscales eran “títeres” del Cártel de Sinaloa.

Destacó además que para mandar embarcaciones desde el puerto de Buenaventura, en el departamento del Valle del Cauca, debía coordinar quién las protegerías, si los paramilitares o la guerrilla.

Ramírez fue sentenciado a 30 años de prisión en Brasil, desde donde fue extraditado a Estados Unidos, donde alcanzó un acuerdo de cooperación con el gobierno que podría reducir su sentencia a un mínimo de 25 años de cárcel.

De 55 años de edad, y con severos problemas de próstata, de acuerdo con conferencias laterales en el juicio, Ramírez ha purgada ya poco más de 10 años de su sentencia en Estados Unidos.

Ramírez será interrogado este martes por la defensa de Guzmán, que tratará de desmantelar la credibilidad de su testimonio ante la fiscalía.

JJ