INICIO > TECNO
A-  | A  | A+

¿Podemos vivir fuera de la Tierra?

(Foto: NASA)

Imagine que, por un año, su nuevo hogar sea el espacio exterior. Tendrá que vivir en la Estación Espacial Internacional (ISS, por sus siglas en inglés), bajo una gravedad distinta a la de la Tierra, donde el cuerpo parece flotar y los objetos parecen más livianos. ¿Cómo afecta a nuestro cuerpo humano vivir tanto tiempo en el espacio? ¿qué consecuencias tiene para un astronauta vivir en esas condiciones? ¿vale la pena ver la Tierra desde afuera por 340 largos días, viviendo en una estación en órbita y no en nuestras casas, con la familia?

En un nuevo día dentro del Congreso Internacional de Astronáutica, el cosmonauta ruso Mikhail Kornienko contó detalles sobre su experiencia viviendo en la Estación Espacial Internacional de febrero de 2015 a febrero de 2016. Al mismo tiempo, los investigadores Michael Stenger y William Gerstenmaier, de la Administración Nacional de la Aeronáutica y el Espacio (NASA, por sus siglas en inglés), hablaron sobre los objetivos que buscan al mandar a astronautas a vivir en el espacio por mucho tiempo, entre ellos, prepararlos para futuros viajes a Marte.

Kornienko, quien ha vivido en el espacio durante 510 días, incluyendo los 340 que estuvo de corrido en el periodo ya descrito, explicó su interés en tomar este viaje. “Tenía curiosidad por las exploraciones planetarias, y esta me parecía muy importante”, comentó el ruso con la ayuda de un intérprete.

Cuando un astronauta regresa del espacio exterior, suele sufrir consecuencias físicas en la Tierra, por ejemplo, mareos, pérdida de capacidades psicomotrices y de cognición, pérdidas de tono muscular y desgaste en los huesos. Kornienko consideró que, respecto a su primera misión, le costó menos trabajo recuperarse y adaptarse a la vida en este planeta. Su recuperación duró varias semanas, con la ayuda de ejercicios como nadar un kilómetro diariamente.

El astronauta europeo aseguró que no percibió cambios en su perspectiva, orientación, modo de leer, debido a sus experiencias previas. Consideró que lo más importante y necesario para vivir durante tantos días en un entorno afectivo y físico muy diferentes, fue la ayuda que recibió de los vehículos que visitaban la Estación Espacial Internacional, y principalmente, la amistad de su colega estadounidense Scott Kelly, con quien pasó los 360 días en el espacio.

“Es triste cuando la gente se va (de la Estación), pero en términos generales, fue una experiencia placentera”, aseguró Kornienko.

Recordemos que tanto Kornienko como Kelly estuvieron por un año en el espacio, formando parte de un estudio de la NASA para investigar las consecuencias corporales y físicas de estar durante tanto tiempo viviendo fuera de la gravedad terrestre. Las investigaciones se enfocaron, entre otros temas, en detectar si había o un aumento de presión intracraneal, producto de la prolongada estancia espacial, que pudiera afectar la visión y el cerebro de los astronautas.

EH