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Chivas, festeja el Clásico; La Volpe se hunde a sí mismo

(Foto: Imago7)

Lo sucedido en la cancha era un fiel reflejo de las realidades de ambos equipos. Al minuto 74 Ricardo La Volpe dejó en claro que su epílogo está cerca. América ya perdía 1-0 desde el 29, y en una jugada que era del Rebaño él quiso intervenir como si aún estuviera en activo. Jesús Sánchez fue por un balón que estaba por salir de la cancha, lo alcanzó, pero El Bigotón le puso intencionalmente el pie para que tropezara.

El árbitro Luis Santander no lo pensó y lo expulsó. La Volpe abandonó la cancha, y a su equipo ya desordenado y sometido.

Si en 1996 el responsable de aquel 5-0 fue Luis García al hacerse expulsar, ahora La Volpe es su propio verdugo ante un Chivas con el que nunca tuvo buena relación.

Pero antes de tal incidente Guadalajara jugaba en grupo, compactado, asociándose en cada jugada.

Y la hora del festejo del gol de Ángel Zaldívar, el abrazo eufórico entre los jugadores de banca con el técnico Matías Almeyda reflejó la comunión con todo el equipo.

América, por su parte, desde la banca con un nervioso La Volpe, que decidió dejar en su closet la vestimenta de cábala y cambiar los colores oscuros por más claros pero conservando la corbata amarilla. De nada le sirvió para exorcizar sus demonios.  El Bigotón no estaba satisfecho con ningún movimiento que realizaban sus jugadores, a la distancia discutía con Michael Arroyo, a quien ahora decidió incluirlo en el once inicial; al no recibir la respuesta de obediencia a sus indicaciones se paseaba de un lado a otro en su área técnica, reclamaba cada decisión del árbitro en contra de su equipo.

El Rebaño arrancó con las líneas al frente, achicando el campo para reducirle los espacios al América, y cada balón dividido ganaba en la batalla con una feroz recuperación que sorprendía a su rival.

Pese a tal agobio, fue América el que tuvo las primeras llegadas en contragolpe por la izquierda con dos centros de Samudio, uno de ellos lo interceptó Gallo Vázquez antes de que Oribe Peralta cerrara la pinza; y en la segunda Pereira se cruzó.

Así fue el inicio, hasta que el Guadalajara de nuevo gobernó el medio campo para que después Alan Pulido intentara el tiro fuera del área ante lo cerrado de la parte baja americanista.

Con el transcurso de los minutos Chivas por fin pisó el área luego de que Jesús Sánchez se desesperara con sus centros infructíferos, y entonces Pulido regateó, chocó con Goltz y se dejó caer dramáticamente para que el árbitro comprara su desplome y marcarlo como penalti. Al 29, Zaldívar ejecutó con un perfecto zurdazo para que Marchesin se venciera a su derecha y viera impotente el ingreso del balón a las redes para el 1-0.

Y mientras Marchesin permanecía en su área, el resto de los 10 perseguía el balón que era propiedad del Rebaño.

Para la segunda parte, si la situación de América ya era complicada, su crisis se acentuó con la expulsión de Samudio por pisar a Sánchez.

La Volpe hizo ajustes que un inicio desconcertaron a Chivas, pero Almeyda respondió al sacar a López que deseaba ganar solo, entró Brizuela, compuso, y de nuevo reinó en su campo a través de toques en corto para agradar a la tribuna pero que fallaba de manera increíble sus opciones.

Entonces se generó el incidente bochornoso de La Volpe para escribir su sentencia y la del América.

El resto fue ver a un Guadalajara que era amo y señor ante un América rendido e impotente que cortaba los avances rojiblancos a patadas.

La imagen final en la cancha lo decía todo: Almeyda festejando con sus jugadores, y del otro lado, el auxiliar de La Volpe, Rafael García se dirigía al vestidor, mientras la tribuna era una locura celebrando la victoria luego de seis años de no ganar un Clásico en casa.

 

HJ