Cristiano, el héroe incomprendido

A través de la historia ha quedado confirmado que un deportista puede ser la fuente de inspiración de miles de personas.

La reciente manifestación del padre del niño Santiago Flores Mora, quien falleció en el derrumbe del Colegio Enrique Rébsamen por el sismo registrado la semana pasada en la Ciudad de México, es una muestra de lo mencionado.

El papá escribió una carta a Cristiano Ronaldo, la figura estelar del Real Madrid, para expresarle que era el ídolo de su hijo.

La respuesta que tuvo CR7 ya se ha comentado mucho en los medios de comunicación, pero nunca está de sobra consignarlo una vez más: el delantero respondió en sus redes sociales con una foto en la que sostiene la tradicional camiseta blanca del Madrid, y que además está autografiada para el niño Santiago, como un obsequio que le hará llegar a su padre.

Por todos es conocido que el astro portugués no es el jugador más querido por un nutrido sector de aficionados distribuidos por el mundo, y más cuando ha coincidido en la época y en la misma liga en la que también compite Lionel Messi, integrante del acérrimo rival deportivo el Barcelona, lo cual en buena medida agiganta su papel de villano.

A Ronaldo se le critica todo. Desde el plano deportivo, por considerar que no aparece en momentos clave de su equipo, o de su selección de Portugal en la que no ha logrado destacar en los tres mundiales en los que ha participado. En el aspecto extracancha, se le señala por su vanidad y el alimento constante de su ego al rendirle culto a su físico y a su rostro.

Sin embargo, quienes han estado cerca de Cristiano coinciden en que el ser humano está más allá del personaje odioso que proyecta a los medios de comunicación.

No es la primera vez que Ronaldo tiene un detalle de tales dimensiones. En 2005, adoptó al niño Martunis, sobreviviente del tsunami que arrasó a Indonesia en 2004, y hoy ese chico es parte de las Fuerzas Básicas del Sporting de Lisboa, el club donde se inició el portugués.

Cristiano ha realizado otras labores altruistas, de las cuales no todas se hacen públicas para evitar comentarios de que sólo lo hace por una buena publicidad.

Y es que a final de cuentas un deportista no sólo es un ganador en su campo de acción, sino fuera de éste, y cuando trasciende, es en realidad que ha cumplido con el papel de los auténticos triunfadores.

@ofares72

JJ/I