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Develar los alaridos familiares

María Fernanda Ampuero (Foto: Darío Pereira)

Las relaciones de poder, la violencia y el abuso que con mucha frecuencia quedan encubiertos entre cuatro paredes y un sacralizado ambiente familiar es lo que busca develar la escritora ecuatoriana María Fernanda Ampuero con su libro Pelea de gallos (Páginas de Espuma, 2018), su primera incursión dentro del cuento.

A través de 13 relatos, la también periodista radicada en España pretende hurgar, ahora a través de la ficción, en los momentos íntimos que alcanzan una escala pública. ¿Porque si no es en esa secrecía donde se forman los violadores, los abusadores, los asesinos?

“Me parecía importante hablar de la familia. Eso de la ropa sucia se lava en casa me parece que ha sido durante mucho tiempo un factor de complicidad con el maltrato (…) Quiero entrar a la habitación donde te castigaban, donde hay incesto, donde hay violencia contra el servicio doméstico, donde hay maltrato del marido a la mujer, de la mujer al marido, de los padres a los hijos, de un hermano a otro. Quiero entrar ahí porque me parece que es necesario que pongamos el reflector en la infancia y en la familia. Si eso no cambia, no va a cambiar nada. Nos arrancaremos los pelos, diremos ‘basta de feminicidios’, marcharemos, haremos todo lo que se puedan. Creo que los dos grandes factores son las políticas públicas en relación a la violencia y la familia”, expone.

Así, entre las historias de un matricidio, de un amor entre tres primos, de los cuidados a un hermano enfermo se puede encontrar un libro con cierta carga política; pero para la autora esto no es nada nuevo. Basta analizar, dice, las narraciones de príncipes, princesas y hadas, repletas de eufemismos que justifican el abuso o el miedo de ser mujer en una sociedad patriarcal.

“Estoy segura que todos hemos vivido ese momento en el que pierdes completamente la inocencia, cuando te estalla en la cara la adultez, que no necesariamente tiene que ver con la edad biológica. Hay niños a quienes les estalla la adultez a los 3 ó 4 años y hay gente a la que le estalla a los 25, pero siempre estalla y llamarlo pérdida es insignificante al lado de la devastación total que es”, añade.

Pero todas estas experiencias no sólo generan víctimas ahogadas en su dolor, generan supervivientes, redención, historias heroicas tan simples como el seguir de pie, el continuar aquí. Y con eso, considera, la mayoría de los lectores pueden identificarse.

“Creo que el libro es un grito. Es muy emocionante que la gente, cuando lo lee, sienta ese grito, ese alarido y ha sido muy hermoso, porque pese a ser tan violento, tan cruel, cargadísimo de horrores, la gente lo ha recibido tan bien que ha sido como un abrazo, como un bálsamo. Qué locura, qué cosa más paradójica, que un libro tan siniestro tenga una respuesta tan cálida”.

Aunque afirma que no le pesaría haber muerto sin publicar Pelea de gallos, (compilación en la se incluye Nam, cuento con el que resultó ganadora del Premio Cosecha Eñe en su país natal), Ampuero reconoce que éste, a la vez, abrió una puerta que no piensa cerrar pronto, pues seguirá escribiendo cuentos, los textos, como reconoce, más personales de su carrera.

HOY

  • Presentación de Pelea de gallos
  • María Fernanda Ampuero
  • 18 horas
  • Salón A, Área Internacional

JJ/I