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Un vino espeso y fuerte como Arreola

Foto: Cortesía Villa Ganz

Las copas tintinearon en brindis dedicados al escritor y prócer mexicano Juan José Arreola esta semana en Guadalajara. La razón fue otra de las catas que organiza Libros Vivos y donde presentaron, al ritmo de las palabras, Varia Invención, el vino que crearon inspirados en el libro del mismo nombre que publicara Arreola en 1949: hace exactamente 70 años.

Esta iniciativa se inserta en el programa de literatura extendida LibrosVivos que José María Arreola, nieto del escritor mexicano, y Nelly Rosales coordinan y dirigen desde hace varios años y donde han establecido tres ejes: por un lado el Rock & libros de hacer conciertos con autores y bandas mexicanas inspirados en libros específicos que se mostró por primera vez en el Vive Latino, por el otro LibrosVivos tiene representaciones teatrales, monólogos, donde el actor se convierte en el libro para contar su historia, no las historias contenidas en él, y por último Separador que va más sobre las experiencias a partir del libro. En este caso en el contexto del centenario de Juan José Arreola que se celebró el año pasado, el proyecto fue convertir el primer libro de Arreola, Varia Invención, en un vino.

“Fue un juego de fantasía y alquimia, hablamos con Amado Garza, de Villas Garza, le contamos sobre el libro y él fue quien nos guio por el camino de las uvas y sus posibilidades. Por supuesto que había que convencer a alguien que igual no se siente con vela en ese entierro para invitarlo al juego y se vuelva cómplice de una idea así. Invitamos a un escritor o escritora para leer un texto y departir sobre Arreola, sobre el vino”, contó Chema Arreola en entrevista con NTR.

Varia Invención, el libro, está dividido en tres partes, el vino está compuesto por tres uvas, tempranillo, carignan y grenache, elegidas a partir de largas conversaciones, un diálogo largo de series de decisiones de ida y venida.

“Un vino para beber, pero también para guardar durante cinco años, pues tornará distintos sabores cada año, reinventándose. Es un vino robusto, para celebrar, para ocasión especial”, explicó Nelly Rosales.

“Todas las catas son distintas, nos acompañan distintos amigos, gente que empatiza o le interesa el tema de la literatura o les causa curiosidad el proyecto, la lectura va de la voz de escritores cercanos a Arreola, hemos tenido varias en Guadalajara y Ciudad de México. Ya son viejos conocidos el vino y los libros, es el maridaje perfecto”.

Aunque a Arreola no le tocó el florecimiento del vino mexicano, él hablaba de vinos españoles y franceses, los creadores decidieron hacer esta marca en el lugar más relevante de la viticultura del país: Valle de Guadalupe.

“Estuvimos hablando de los vinos que le gustaban a mi abuelo, sobre todo en la última etapa en la que convivimos, a qué olían esos vinos, cuál era su peso, su sabor. Le tuve que confesar a Amado toda la ruta no solo del libro sino de los gustos de mi abuelo en relación al vino que fue una relación muy intensa porque era un promotor del vino, estaba enamorado, a partir de ese momento se tejió la posibilidad de hacer la botella con muchas conversaciones antes de proponer algo”

Sobre el primer sorbo, Chema Arreola señaló que desde ese primer gusto se transportó inmediatamente a Zapotlán en 1991, en la casa de su abuelo. “Una prima y yo nos íbamos a robar esas botellas de un rioja llamado Siglo, uno de los últimos vinos que tomó, aunque le gustaban también los blancos, algún rosado, decidimos que fuera un tinto que se pareciera lo más posible a El Siglo, por eso esta combinación de uvas”.

Las catas no son comunes como las de otros vinos. En esta siempre se leen los textos de Varia invención y se recuerda la vida y las hazañas de Arreola. En la de esta semana estuvo leyendo Carmen Villoro y el propio Chema Arreola dedicó unas palabras a su abuelo.

“Es un vino que va con carnes, a postres fuertes, chocolates, es un vino con carácter, espeso y fuerte como mi abuelo, eso era lo que me importaba que reflejara la personalidad de mi abuelo, su casa, su saco de pana, esos factores fueron muy importantes para que se cumpliera como si se estuvieran bebiendo las palabras”, dijo Arreola.

En el futuro buscan seguir enriqueciendo esta experiencia. Una colección de ropa inspirada en un libro, o un hecho escénico de danza contemporánea, serían según contaron posibilidades para la siguiente etapa del proyecto.

“Fue un juego de fantasía y alquimia, hablamos con Amado Garza, de Villas Garza, le contamos sobre el libro y él fue quien nos guio por el camino de las uvas y sus posibilidades”

José María Arreola, organizador

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Las próximas catas y eventos del proyecto Libros Vivos se pueden consultar en https://www.librosvivos.com.mx/

Foto: Cortesía Villa Ganz