Joaquín Sabina se casa de sorpresa

Luego de dos décadas de relación, el cantautor español Joaquín Sabina se casó con Jimena Coronado. 

El intérprete contrajo nupcias este lunes en el Registro Civil de Madrid. El evento fue toda una sorpresa sin protocolo previo, de acuerdo con información del diario El País. 

Sabina, de 71 años, y Coronado, de 50 años, mantuvieron en secreto la boda que se celebró con un almuerzo entre amigos a los que iban invitando a medida que recibían llamadas para felicitarles, luego de que estos se enteraran del casamiento por los medios de comunicación. 

A la ceremonia civil sólo asistieron las dos hijas del cantante, Carmela y Rocío, quienes fueron testigos de la unión, así como el cantante Joan Manuel Serrat y su esposa Candela, quienes fungieron como padrinos. 

El cantante le dijo a El País, durante el almuerzo por su unión civil, que estaba muy feliz. Asimismo, mencionó que “cuando Jimena cumplió 50 años y tras 20 juntos le dije que teníamos que casarnos. Quería que ella tuviera los papeles en este país y todo el reconocimiento. Así que cuando esta horrible pandemia nos lo ha permitido, nos hemos casado”. 

Como parte de la informalidad habitual de Sabina, este acudió al matrimonio con un terno azul, camiseta negra, zapatos deportivos y un sombrero. Mientras que su esposa Jimena Coronado lucía un vestido azul hasta la rodilla. Ambos portaban mascarillas como medida de seguridad. 

La pareja se conoció en Lima, Perú, en un hotel de la ciudad en donde Sabina estaba hospedado. Ella acudió como reportera para realizarle una entrevista y tomarle unas fotos en 1999. Como en ese entonces ambos tenían pareja, todo quedó allí, pero una vez que sus relaciones acabaron retomaron el contacto y están juntos desde el 2000. 

Fue el propio Joan Manuel Serrat, gran amigo de Joaquín Sabina, quien en noviembre reveló los planes de boda durante una gira de ambos en Argentina. 

“Yo tengo 70 años, el día que la Jime cumplió 50 doblé la cerviz y en verso…”, decía Sabina en el programa argentino Teleshow, al que ambos habían acudido como invitados, tras lo que Serrat, incapaz de contener la emoción, sentenció: “Fue tan hermoso”. 

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