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Salario emocional

Las circunstancias de hoy no solo nos han enfrentado a la necesidad de cuidar nuestra integridad física, económica y familiar, sino también la profesional porque, lo aceptemos o no, la manera en que trabajamos y vivimos ha cambiado. Por lo tanto, valorar una nueva forma de compensación se ha convertido en una estrategia clave para las organizaciones. 

Con ello me refiero al salario emocional, es decir, todos aquellos beneficios que un colaborador recibe por parte de la empresa en la que labora más allá de la retribución monetaria o el paquete de compensaciones que se acuerda por la realización de su trabajo.  

La manera en la que lo podemos percibir en la empresa es a través de los niveles de satisfacción, ya que estos se mantienen o incrementan. Es por ello que la productividad ya no es algo que se base solamente en la cantidad de horas que un empleado dedica a la empresa, sino en la motivación que el integrante tenga al momento de llevar a cabo su trabajo. 

Algunos ejemplos se salario emocional son:  

  • Oportunidades de crecimiento dentro de la empresa. Ayuda el saber que puedes crecer dentro de ella y que ésta te valora y ayuda a la motivación 
  • Desarrollo personal y profesional. Así se amplían los conocimientos y mejoran las habilidades 
  • Buen ambiente laboral y espacios para el ocio. Con ello se genera un entorno laboral saludable y se crean espacios al aire libre en contacto con la naturaleza donde los colaboradores puedan relajarse 
  • Cultura y valores de la empresa acordes a los del colaborador. Sentir que formamos parte de algo en lo que creemos facilita e impulsa el interés de pertenecer y ser parte de un equipo 
  • Compatibilidad de vida personal y profesional. Ejemplos de ello son la generación de horarios de trabajo flexible, días libres para asuntos médicos, guarderías en las empresas, días de vacaciones por objetivos y home office 
  • Ser parte de las decisiones de la empresa. Todos queremos ser escuchados y ser parte de las decisiones importantes 

Queda claro que los salarios ya no son íntegramente económicos y que sería mejor que coincidieran con un salario emocional que permita valorar una nueva forma de compensación para disminuir los índices de rotación de personal y reducir gastos en relación a la selección, formación, administración y el ausentismo, con la idea de elevar los índices de productividad y competitividad de toda la organización. 

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jl/I