INICIO > OPINION
A-  | A  | A+

Con lupa

Rentar un lugar para vivir en esta ciudad parece cada vez más complicado. Y no es sólo por los precios (que ya es bastante) o por todas las variables a tomar en cuenta para elegir un espacio para un hogar. 

También me han sorprendido la cantidad de requisitos solicitados. No es solo aquellos que uno pensaría naturales o que ya conoce para alquilar una casa o departamento, sino auténticas entrevistas en las que, sin duda, he sido juzgada, al igual que mi pareja, por motivos por demás extraños, aderezado con preguntas raras y comentarios que me han dejado en claro la cantidad enorme de prejuicios que tiene la gente. 

Ya no sólo se trata de cumplir una lista formal, sino de ser aprobado sobre asuntos que, como potenciales clientes, a veces ni siquiera nos imaginamos. 

De entre los requisitos formales me llaman la atención en particular dos: cada vez es más común que soliciten avales menores a 60 años con una propiedad que esté en la ZMG (no en cualquier punto del estado) y, por supuesto, libre de todo pago pendiente. Pero al mismo tiempo conozco menos personas que tengan menos de 60 años y que ya hayan terminado de pagar sus propiedades –si acaso las tienen–, mientras que quienes ya tienen bienes inmuebles con esas características son una generación mayor que yo y, obviamente, tienen más de 60. 

La otra es la proliferación de investigaciones que tienen un costo para aquel que desea rentar. Aunque este requisito me parece más entendible, por un asunto hasta de seguridad, nada garantiza que el hecho de aprobar esa dichosa investigación sea el último paso (ni que sea suficiente) para ser el elegido. No tendría problema en pagar esa investigación si sé que la voy a pasar y si es que en verdad quiero rentar la propiedad, pero qué pasa si otro candidato está en mi misma circunstancia y sólo gastamos dinero para que al final por algún punto fuera de nuestro alcance sea alguien más quien habite el ansiado espacio que buscamos. 

Pero fuera de este par de detalles en la parte formal, lo peor ha sido en la parte informal, en aquellos, como escribí líneas antes, requisitos que no están escritos y que dependen más bien del ojo que escruta. 

Es ridículo tener que justificar por qué quieres rentar un lugar con tres recámaras “si sólo son ustedes dos”... Ah, pues mire, es que nos gustan mucho los libros y además solemos hacer parte de nuestros trabajos en casa y nos gustaría tener cada quien nuestro espacio o lugar de labores sin interferir en el del otro… 

“Y por qué les gusta esta colonia”... Bueno, es que está muy cerca de casa de mi madre y me gustaría poder quedarme por aquí para estar más pendiente de ella… O tal vez porque por aquí es menos probable que me maten cuando llego a casa después de trabajar. 

“¿Y no piensan tener hijos? Es que esta zona es más bien para familias”... Fíjese que nosotros sí íbamos a ser papás, pero nuestra hija falleció; eso sí, somos una familia, aunque solo seamos nosotros dos… 

“¿Y por qué no están casados si ya tienen tantos años viviendo juntos?”... Perdone, no sabía que sólo rentaban a personas casadas; eso no venía en los requisitos de arrendamiento del anuncio… 

“No tenemos problema con las mascotas… ¡Ah, gatos! No, gatos no, porque no nos gustan, son animales muy traicioneros”... Oiga, pero nuestros gatos no salen de casa, no molestan a los vecinos, hacen del baño solo en su arenero, están esterilizados y, sobre todo, van a vivir con nosotros, no con ustedes… 

A decir verdad, esas respuestas han sido dadas solo en mi cabeza; en cambio, he intentado ser lo más educada y prudente posible. 

Total, si alguien me quiere de inquilina, le garantizo puntualidad en los pagos, respeto y cordialidad con mis vecinos, y cuidados a su propiedad. 

Prometido. 

Twitter: @perlavelasco

jl/I