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Recuperarse de la pandemia

El sector cultural en el mundo ha sido de los más afectados por la pandemia que aún (sí, aún) vivimos a nivel global. Desde cines comerciales y grandes giras musicales hasta los más modestos grupos locales de teatro han resentido el rigor con el que nos ha tratado el coronavirus en el planeta por alrededor de 20 meses. 

Y me parece muy irónico, pues no somos pocos quienes hemos encontrado momentos de tranquilidad y paz en los productos del arte y la cultura, lo mismo una serie que un libro o un documental, asistir a un taller virtual, escuchar música, escribir, bailar o pintar. 

A pesar de que muchos proyectos intentaron adaptarse a una nueva y desconocida realidad, cada uno con sus recursos y posibilidades, no todos tuvieron el mismo éxito. Simplemente como consumidor no era lo mismo tener al alcance de un par de clics y de forma gratuita un catálogo detallado de las pinturas del Museo del Prado o una exposición del Museo de las Artes de Guadalajara que comprar un boleto para ver desde la tele una obra de teatro, grabada y sin público. 

Así se acumulan entre quienes se dedican a la cultura las historias de sobrevivencia, en muchos casos con poco o nulo apoyo oficial. 

Y me es inevitable reflexionar que si un proyecto tan grande como el Cirque du Soleil tuvo que hacer un recorte monumental en sus líneas y estuvo a nada de declararse en quiebra o la Feria Internacional del Libro de Guadalajara, la más grande de habla hispana, hizo una edición virtual en 2020 a costa de millones de pesos en pérdidas, qué pueden esperar los artistas que viven al día, con proyectos personales o mezclando su vocación con otros empleos. 

En el mundo prepandemia, según datos de 2019 del Inegi (los más recientes), las empresas culturales generaban un millón 395 mil empleos, alcanzaron un valor de 724 mil 453 millones de pesos y representaron 3.1 por ciento del producto interno bruto (PIB). 

Y con base en esos mismos números, los medios audiovisuales ocuparon el primer lugar del PIB del sector cultural, con 36.9 por ciento, seguido de las artesanías (19.1) y sumaron entre ambos más de la mitad del valor generado por la cultura, con 56 por ciento. 

Ese mismo año, los hogares, el gobierno, las sociedades no financieras y los no residentes en el país, entre otros, realizamos un gasto en bienes y servicios culturales por 909 mil 864 millones de pesos, principalmente para adquirir (comprar, consumir) medios audiovisuales, artesanías y la producción cultural propia de los hogares, los tres primeros sitios que abarcaron 78.5 por ciento del gasto total en cultura. 

Los números de 2020, que serán ya de tiempos pandémicos en México, seguramente los conoceremos en octubre o noviembre, y podremos saber oficialmente cuál fue el golpe a artistas y creadores que se reflejará por una parte en el valor de las empresas culturales y su aportación a la economía, y por otro lado estaremos los que consumimos, compramos o adquirimos productos culturales y cuánto gastamos en ello. Y 2021 no pinta muy diferente al año pasado. 

Colofón

El miércoles, autoridades estatales presentaron un plan de reactivación cultural de Jalisco. 

Ya con Lourdes González Pérez como secretaria de Cultura, luego de que la dependencia estuviera cuatro meses y medio con una encargada de despacho tras la renuncia de Giovana Jaspersen, el plan, aseguran, está hecho para un contexto consciente de la pandemia y sus estragos. 

Aunque serán los artistas y creadores quienes podrán dar cuenta del éxito de los proyectos estatales, si les funcionan las convocatorias y los repartos de recursos, si son incluyentes o no, me entusiasma que se retome el Museo de la Barranca, con el fin de concretarlo en 2023. 

Veremos. 

Twitter: @perlavelasco

jl/I