Paradoja de la motivación

Hay sueños que al comienzo nos parecen imposibles, luego improbables

y si nos comprometemos seriamente se vuelven inevitables

Mahatma Gandhi

En enero es recurrente que las personas desbordadas emocionalmente, sistemática y anualmente quieran tener nuevos o viejos incumplidos propósitos que provean actividades creadoras de una mejor versión. Lamentablemente este entusiasmo y buenos deseos declinan por cotidianeidad y viejos hábitos que han terminado por convertirse en formas de vida favorecidas por falta de “autodisciplina” y la muy mencionada “falta de motivación”.

Una persona determinada para responsabilizarse y buscar hasta encontrar como generar este cambio, indudablemente hará factible que suceda. La acción promovida por la determinación produce avances y es importantísimo notarlos e invariablemente premiarnos como estímulo al esfuerzo generado por haberlos logrado.

El premio al esfuerzo será en proporción al logro obtenido; ante un logro pequeño, el estímulo será pequeño, pero muy significativo. Estos pequeños estímulos forjarán motivación por alcanzar objetivos y autodisciplina.

La idea de que una persona disciplinada suele ser muy rígida, con largos periodos de trabajo agobiante y aburrido, con autosacrificio y autonegación es recurrente; sin embargo, al compartir con personas altamente disciplinadas se puede comprobar que distan de ser aburridas, infelices o insatisfechas.

Estas personas han logrado encontrar esa “felicidad eudaimónica”, la cual está centrada en autorrealización y define bienestar en términos del grado en que una persona funciona plenamente. Este tipo de felicidad está asociada con mayor actividad en la corteza prefrontal, área asociada con funciones superiores, planificación conductual y toma de decisiones.

La autodisciplina es la habilidad de trabajar sistemática y progresivamente en una meta hasta alcanzarla, en la que si es necesario adquirir conocimientos y destrezas, pues se hace. Lo anterior implica tener claridad del dialogo personal, diciéndonos a nosotros mismos: “¡Esto quiero de mi vida y así es como lo lograré!”, aun cuando sea necesario prescindir de hábitos que nos den beneficios menores.

A continuación te presentó puntos importantes en torno a la autodisciplina:

• Elige una meta, aprende el buen uso del tiempo
• Focalízate, analízate, identifica fortalezas y desarróllalas. Serán tu mejor aliado
• Prioriza y agenda, evita perder tiempo
• Rodéate de personas afines a tus objetivos y con buenos resultados
• Esfuérzate creando actividades sencillas y divertidas
• Toma decisiones y actúa siempre que sea posible. Lo mejor que puede pasar es que te equivoques obteniendo así aprendizaje, ¡ánimo!
• Si un día fallas en tu agenda, ¡inténtalo de nuevo!

¿Realmente te falta motivación o es autodisciplina?

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