La presidenta de Causa en Común, María Elena Morera, expresó su indignación por el asesinato del presidente municipal de Uruapan, Carlos Manzo Rodríguez, y criticó la respuesta del Gobierno Federal, al que acusó de evadir su responsabilidad.
La activista señaló que la muerte de Carlos Manzo causó indignación no sólo por el hecho mismo, sino por la respuesta del gobierno, que como siempre, culpó a Calderón, a la oposición o a cualquiera que emita una opinión contraria al régimen.
María Elena Morera recordó que el alcalde asesinado era una voz comprometida con la seguridad y la defensa de su comunidad. Representaba el hartazgo de la población ante la impunidad. Se distinguió por su lucha contra el crimen organizado y en múltiples ocasiones pidió ayuda al gobierno federal para mejorar la seguridad en Uruapan, uno de los municipios más violentos del país.
La defensora de derechos humanos lamentó que Michoacán acumule numerosos asesinatos de activistas, empresarios, policías y políticos durante la actual administración estatal, sin avances en las investigaciones.
La activista advirtió que crímenes como el ocurrido en Uruapan sólo son posibles cuando existen vínculos entre estructuras criminales y el poder político. Cuestionó ¿cómo van a cuidar al resto de los ciudadanos si no pueden cuidar a un presidente municipal?
Aunque reconoció que las estadísticas oficiales muestran una reducción en los homicidios, alertó que aumentaron las desapariciones y los delitos contra la integridad personal, un fenómeno que se agrava por el encubrimiento y la falta de rendición de cuentas en las fiscalías estatales.
María Elena Morera setenció: “Callaron su voz, pero no su lucha”, al exigir justicia para Carlos Manzo y para todas las víctimas de la violencia en Michoacán.
GR
 
        
        









