El modelo de desarrollo urbano en Jalisco responde más a intereses privados que al bienestar colectivo, afirmó el doctor en urbanismo Daniel González Romero. Explicó que, durante el reciente festejo por los 25 años de la carrera de Urbanística y Medio Ambiente del CUAAD, el especialista cuestionó por qué, pese a la existencia de tantos profesionales en la materia, el caos urbano sigue creciendo. La respuesta, dijo, no está en fallas técnicas de la planeación, sino en los intereses económicos que dominan el proceso.
González Romero señaló que la planeación estatal continúa apostando por consultas públicas que funcionan como simulaciones y que, en realidad, encubren la repartición del territorio según las necesidades de inversión, principalmente del sector inmobiliario. Con la desaparición del presupuesto federal, cada municipio decide sobre su propio suelo sin una visión metropolitana, lo que deriva en un crecimiento desordenado, pues cada edil siembra comercio, industria o vivienda donde quiere.
Recordó que en la discusión del Plan Metropolitano pidió dejar de justificar nuevas centralidades sin transparentar quiénes son los dueños del suelo, ya que en ello se revelan los verdaderos intereses. Ejemplo de ello, añadió, son las Villas Panamericanas, concebidas como un proyecto estatal y hoy convertidas en viviendas privadas; o el auge de rentas temporales, con entre 10 y 15 mil espacios tipo Airbnb en Guadalajara, muchos sin registro, lo que agrava la crisis de vivienda para sectores vulnerables.
También cuestionó la falta de continuidad en proyectos de movilidad. Hace 15 años propuso ciclovías conectadas a áreas productivas, pero hoy muchas están abandonadas. A modo de crítica y broma, comentó que el Periférico “ya parece tener 15 carriles”, reflejo de la ausencia de control en la circulación y del caos que se reproduce en puntos como López Mateos.
