Violencia sexual infantil: perversión y ejercicio de poder

Deja secuelas

Foto: Cuartoscuro/Archivo

La violencia sexual infantil tiene consecuencias profundas en la salud mental y física de las víctimas, y puede incrementar la probabilidad de que reproduzcan conductas abusivas en la adultez. De acuerdo con Aida Martínez Jiménez, profesora del departamento de Salud-Enfermedad como Proceso Individual Colectivo, del Centro Universitario de Tlajomulco, se trata de un tipo de violencia compleja que refleja la pérdida de valores y que ha sido naturalizada a lo largo de generaciones.

Dijo que este abuso combina perversión y ejercicio de poder, ya que los agresores tratan a los niños como objetos, creyéndolos de su propiedad. La diferencia de edad provoca que los menores no comprendan lo que ocurre, lo que genera miedo y silencio, mientras que en algunos casos los adultos minimizan o no creen sus denuncias.

Recordó que, aunque la legislación permite denunciar abusos a cualquier edad, aún son necesarios mecanismos más estrictos contra los agresores y programas educativos que desaprendan la violencia normalizada. Las escuelas juegan un papel crucial al detectar señales de abuso, informar a las autoridades y cortar los ciclos de violencia.

La profesora dijo que el acompañamiento psicológico a los menores es fundamental para sanar las heridas, enseñarles que no son culpables y prevenir que la normalización de la violencia continúe. Aunque también la falta de personal público capacitado en salud mental y protocolos específicos limita la capacidad de atención de las instancias encargadas.

La intervención temprana y la sanación de estas experiencias infantiles son determinantes para evitar que los abusos se reflejen en la vida adulta, reduciendo la probabilidad de que los afectados se conviertan en adultos violentos.

fr

Imprimir

Comentarios

Artículos de Interés: