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Maná

En febrero de 2016, algunas decenas de tapatíos salieron a festejar el Oscar para Leonardo DiCaprio por su trabajo en The Revenant, del director mexicano Alejandro González Iñárritu, fue el cierre de la carrilla que inició en las redes sociales.

El jueves pasado la Academia Latina de Ciencias y Artes de la Grabación, encargada de otorgar el Grammy Latino y que es el feudo de Emilio Estefan, decidió anunciar que el grupo tapatío Maná fue elegido para recibir el premio y homenaje como Persona del Año, problemas lingüísticos aparte para referirse a un grupo. Nadie salió a la Minerva a festejar los más de 31 años de logros del grupo tapatío.

A los Maná les debe doler aún que en su tierra los quieren poco y los atacan mucho.

Les debe doler incluso que en su último concierto masivo en el Estadio 3 de Marzo, se regalaran más de la mitad de las entradas y aun así, no lograron que 26 mil asistentes llenaran el estadio, apenas se cubrió la mitad del aforo.

Les debe doler que nadie se acuerde que antes de Maná existió Sombrero Verde que lanzó en 1983 el primer disco de rock en español editado en una disquera trasnacional 12 años después del estigmatizado Festival Avándaro y nadie se los reconozca. Y también les debe doler que pocos, muy pocos, sepan que en 1976 crearon Green Hat Spies, su primer grupo, algunos años después de juntarse a tocar con instrumentos hechos de utensilios del hogar un día que la lluvia les arruinó un fin de semana con su grupo de scouts.

Hace poco un reconocido músico me comentó que Fernando Olvera, Fher, a mitad de los años 80 lo tenía claro: “Vamos a ser como los Rolling Stones”, le aseguró. Este músico prefirió el rock duro y Fher, dejar el nombre de Sombrero Verde por Maná, bajo recomendación de su mánager Mildred Villafañe, reconocida como representante de Flans.

A Maná le debe doler haber dejado de tocar canciones de su primer disco porque no era la música que querían y su disquera borró partes de la grabación porque no iban con el concepto que necesitaban para vender. Diego Herrera (Caifanes) tocó en ese disco y pocos, también, lo saben.

Una de las tías (y ex mánager del grupo) de Juan Calleros, el callado y efectivo bajista de Maná, afirmó que se habían hecho grandes porque no había escándalos ni drogas en su carrera.

A muchos les debe doler que Maná sea famoso, que suene en Europa de forma recurrente, que hayan tocado en Rock in Río y que hayan vendido más de 20 millones de discos en el mundo. Pero a Maná debe dolerle que todo lo que han hecho, apenas alcance para un premio como Personalidad del Año en los Grammy Latino.

Algo no hicieron bien.

@tuamigoFranco

fv/i