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La consulta, un ejercicio democrático

El 17 de agosto, Andrés Manuel López Obrador, en su carácter de presidente electo, anunció una consulta ciudadana para definir el tema del nuevo aeropuerto de la Ciudad de México. Desde ese momento perfiló las opciones que sometería a consideración de los participantes: continuar con la construcción del aeropuerto en Texcoco o mantener en operación el aeropuerto actual y construir dos pistas en el aeropuerto militar de Santa Lucía. En la misma rueda de prensa invitó a los medios para que a partir del 8 de septiembre abrieran un espacio de debate con el objeto de informar a la ciudadanía y adelantó que posteriormente definiría la fecha para llevar a cabo el ejercicio.

Mediante este mecanismo, AMLO retomaba una de sus promesas de campaña que, en su momento, provocó una fuerte confrontación con el sector empresarial, particularmente con aquéllos que figuraban como contratistas en la construcción del aeropuerto de Texcoco y cuya figura central era Carlos Slim. La posición de AMLO para cancelar el proyecto de Texcoco se debía fundamentalmente al alto impacto del presupuesto gubernamental derivado de su construcción. En abril, en lo más álgido de su confrontación, AMLO argumentaba que la opción de Santa Lucía representaba un ahorro de 140 mil millones de pesos. Y remataba que los programas sociales eran prioritarios para su gobierno. Y aunque durante el resto de la campaña y particularmente luego del 1 de julio se advirtió un proceso de distensión entre los empresarios y el presidente electo, el tema del nuevo aeropuerto seguía como un asunto pendiente.

Empero, luego del anuncio de la consulta, las diferencias entre ambas posturas recobraron su visibilidad y su protagonismo mediático. Sin embargo, a la solicitud que el presidente electo hizo a los medios, en el sentido de que se difundiera la información sobre ambas alternativas, los medios respondieron de una manera harto parcial. De hecho, en lugar de suministrar la información necesaria para que los ciudadanos conocieran con mayor profundidad ambas alternativas, los medios más importantes, aquéllos cuya difusión tiene alcance nacional, se alinearon con el sector empresarial y se convirtieron en propagandistas y promotores del nuevo aeropuerto. En su cobertura, destacaban las virtudes de su construcción en Texcoco y advertían de las nefastas consecuencias que su cancelación provocaría en la economía del país.

A principios de octubre el equipo de AMLO anunció que la consulta se realizaría del 25 al 28 de ese mes, para lo cual se instalarían mil 73 urnas en 538 municipios de las 32 entidades. Demarcaciones que, de acuerdo con los organizadores, concentraban 82 por ciento de los habitantes del país. Ante la noticia, los medios y la comentocracia reaccionaron criticando acremente las características del ejercicio. Enfocaron sus baterías en descalificar la validez de la consulta, arguyendo desde problemas metodológicos hasta una supuesta ilegalidad. Y para colmo, enviaron a sus reporteros a votar en múltiples ocasiones, para poner en evidencia la debilidad del instrumento para controlar la participación. En un acto extremo para sabotearla, manos anónimas tumbaron la plataforma México Decide que suministraba información sobre la ubicación de las casillas el mismo día en que inició la consulta.

No obstante el asedio mediático, más de un millón de ciudadanos acudieron a emitir su voto. El resultado arrojó que 69.9 por ciento se decantaron a favor de la alternativa conformada por la red Aeropuerto Benito Juárez-Santa Lucía-Toluca, otorgando un importante respaldo a la postura del presidente electo, quien al día siguiente, acatando el resultado, al que había dado carácter vinculante, anunció la cancelación del aeropuerto en Texcoco.

En un hecho inédito en nuestra todavía embrionaria vida democrática, un gobierno electo, aunque todavía no en funciones, recurre a un mecanismo participativo para decidir sobre un asunto de interés nacional. En este sentido, la consulta además de haberse constituido en el primer ejercicio democrático de este tipo, infligió una severa derrota a la manipulación mediática.

@fracegon

JJ/i