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Se llena de electrónica la ciudad


Unicornios, superhéroes, seres mágicos y hasta animales de la selva se apoderaron ayer en el Valle del Estadio Akron, donde cerca de 30 mil personas disfrutaron del primer día de Dreamfields.

El festival de música electrónica, que por primera vez llegó a Guadalajara, reunió a miles de tapatíos e incluso a visitantes de otros estados y otros países, que siempre habían querido vivir jornadas llenas de beats.

“Venimos de Monterrey y no podíamos faltar a este show, es un sueño que esté en México, nosotros soñábamos con ir a Alemania y ahora sólo venimos a Guadalajara y veremos a muchos de nuestros DJs favoritos como Tiësto y Alesso”, comentó Celina Treviño, de 26 años.

Desde el Estadio Akron, el público caminaba disfrazados, con sombreros, con estilos muy coloridos y sobre todo con la actitud de pasar un día de pícnic, pero con la música a todo volumen.

Valeria tardó dos horas arreglándose para el evento. Primero mallas de red, después el minishort de mezclilla y una camisa blanca, y arriba de todo eso, un mameluco de unicornio, para que combinara con el de las amigas que iban de jirafa, de ángel y de princesa galáctica.

“Parte de este tipo de festivales es disfrutarlo, volverlo una experiencia que recuerdes con todas las amigas. Llegamos temprano para comer, tomar alguna cerveza y baila, bailar y bailar hasta las dos de la mañana que se acaba porque amamos a Tiësto”, dijo Valeria de 25 años.

Pero este grupo de personajes no eran únicos, cientos de personas pintaron sus caras, se colocaron máscaras, trajes de las Chicas Superpoderosas y de cualquier personaje que llegara a su imaginación.

En los tres escenarios gigantes inició la fiesta con DJs como KikeONE, Mannu Aragon y Broz RDZ.

Las diferentes ramas de la electrónica ponían a bailar a todos, que disfrutaban y ovacionaban a los DJ fueran sus favoritos o no.

Para que la fiesta no decayera, además de la música había juegos mecánicos, entre ellos rueda de la fortuna y sillas voladoras.

En la comida había variedad, donde se vendieron desde churros azucarados hasta hamburguesas, piernas, tacos y mucho más.

Para los alimentos y los juegos se vendieron tokens con valor de 50 pesos cada una, y las cervezas los refrescos oscilaron entre los 50 y 75 pesos, pero la comida iba desde 50 hasta 140 pesos.

El show comenzó de día y, aunque hubo sol, el viento era fresco; cerca de las 17 horas el frío comenzó a llegar, y se esperaban muy bajas temperaturas en la madrugada cuando Alesso saliera al escenario.

“Traemos chamarra y hasta cobija para poner en el pasto para aguantar el frío, pero bailando se olvida todo, no pasa nada, hay que disfrutar la música estos dos días al máximo, ya nos repondremos el lunes”, aseguró Emilio Padilla, de 15 años, que es su primer festival y la emoción lo invade.

Colores

Uno de los patrocinadores tuvo gran respuesta del público porque pintaba caras con colores neones y todos querían lucirlos

Frío

Pese a las bajas temperaturas, las cervezas se vendían al por mayor

Selfie

El escenario más fotografiado por los presentes fue el del ave fénix y más cuando la oscuridad llegó

da/i