INICIO > OPINION
A-  | A  | A+

Magras cuentas en movilidad

Pintarlos de verde o rojo para cobrar 7 o hasta 9 pesos por pasaje es cambiar la forma pero no el fondo; el transporte público de Jalisco sigue siendo el mismo, choferes con un cigarro entre los dedos de la mano izquierda, el celular entre la oreja y el hombro y con la derecha, empuñando el extremo de la palanca de velocidades.

No son todos ni es la mayoría, pero esta falta de profesionalismo sigue siendo una constante que padecen los usuarios del camión, nada menos que 76 por ciento de la población de la Zona Metropolitana de Guadalajara.

Las relativamente recién incorporadas a la ruta empresa 604 y 634 de Américas, muy enfundadas en rojo y ahora cobrando 9 pesos por pasaje, se dan el lujo de no subir gente incluso en paradas oficiales y señalizadas; aceleran, sobre todo en horas valle, por arriba de los 60 kilómetros por hora y pararse dentro de un camión a esa velocidad para pedir bajar es todo un riesgo.

Qué decir de las rutas saturadas como la 25, que después de las horas de oficina sobre avenida Patria los camiones se convierten en hacinamientos imposibles de penetrar, así como las unidades de la ruta 170-B, después de Nextipac y hacia el CUCBA, desbordados por la falta de opciones que cubran ese camino de Ramón Corona.

Con tal de no quedarse sin el servicio los usuarios suben, se aplastan, se escurren entre cualquier espacio para avanzar hacia sus casas, pero una unidad sobrecargada al nivel que llegan algunas rutas como las antes mencionadas no solo es una carencia de calidad en el servicio, sino también una fuente de estrés, ansiedad y frustración tanto para quienes van arriba como quienes se quedaron abajo sin posibilidad de subirse en las horas más concurridas.

¿Ese es el modelo de transporte público que se comprometió a mejorar el gobernador? Ahora que está a unos días de irse podemos hacer un balance y asegurar con plena tranquilidad que, en materia de unidades, sí mejoraron, muchísimo, pero no basta con cambiar solo la carátula y llevar a un par de talleres a sus choferes, sino llegar a la médula, el fondo y dar un servicio más allá de lo necesario; uno placentero, como el que se disfruta en ciudades del mundo como Barcelona y París, por ejemplo.

Los efectos de hacer un cambio real y no solamente de colores bajo el disfraz de “certificación” tendría impactos bastante profundos. Además de mejorar la calidad de vida de los usuarios, que no es poca cosa, sería la clave para desincentivar el uso del auto, ése del que hay uno por cada dos personas en Jalisco y que ni siquiera 20 por ciento ha cumplido con su verificación de emisiones obligatoria.

No se trata de hacer una carta al niño dios o pedir imposibles; el transporte público digno, de calidad y con dignidad para el usuario será el único que nos lleve, como ciudad, a revertir la motorización por autos particulares que asfixia las calles.

En lo que va del sexenio, el promedio de velocidad de circulación por la ciudad ha bajado de 24 kilómetros por hora a 22, en solo seis años, y el tráfico no es lo peor, sino la contaminación atmosférica por el incremento en el uso del auto y de los embotellamientos: según datos de Mide Jalisco, la media de IMECAS en la AMG es de 103, es decir, mala calidad del aire todo el año en promedio.

¿No es suficiente? Entonces vamos con los accidentes. En el sexenio, han muerto 4 mil 555 personas por choques, atropellos, volcaduras y otros siniestros relacionados con autos y motos, principalmente. Por donde veamos, la motorización nos está quitando espacio, tiempo y contaminando nuestro aire, nos está quitando vida. Urge mejorar el transporte público y hacer un esfuerzo por bajarnos del auto.

[email protected]

JJ/I