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Los huracanes del cambio

Las ideas generales y abstractas son la fuente de los más grandes errores humanos
Juan Jacobo Rousseau

Al parecer, finalmente saldremos de las filas para conseguir un poco de gasolina y podremos volver a atender las jornadas normales de trabajo, estudio o atención doméstica, al trajín cotidiano, pues. Las largas horas gastadas en las interminables colas afuera de las estaciones de servicio, que tantas pérdidas económicas han provocado –aunque ni el presidente de la República ni ningún otro funcionario de su gobierno las reconozca–, parecen haber quedado atrás.

Es ahora, después de las angustias provocadas por el forzado síndrome de abstinencia, que nos obligó a ver la gran dependencia que tenemos de nuestros automóviles y la incompetencia que muchos padecemos para movilizarnos sin ellos, cuando comenzamos a ver más allá de la ansiada sustancia y caer en cuenta de lo sucedido durante todo el mes.

Comienzan ahora a notarse los otros aspectos de la lucha emprendida contra los criminales organizados para robarse los combustibles, asegunes que sólo se escuchaban en las noticias cuando los operativos militares de vigilancia terminaban en balaceras con pérdidas humanas, de un lado o del otro, pero sólo así.

En resumidas cuentas, tenemos el reporte oficial de que Pemex estaba penetrado hasta la médula por los llamados huachicoleros, que tenían derivaciones de los ductos dentro de las mismas refinerías, que repartían la gasolina desde el momento de su salida. Además, los reportes de los pinchazos a los ductos a lo largo del camino, en una operación delictiva que ocurría desde las comunidades mismas. Hechos reportados también en la prensa y los informativos sólo cada vez que ocurría una explosión con heridos y daños materiales.

Ahora, en la calma chicha de la diaria rutina, comenzamos a ver la magnitud de los daños infringidos contra la petrolera nacional, con la participación, “dicen”, de muchos de sus funcionarios que, desde todos los niveles, estaban coludidos con las organizaciones criminales dedicadas al comercio de los energéticos sustraídos ilegalmente.

‘Sospechosismo’

Y señalo “dicen”, así, entrecomillado, porque hasta ahora no se han presentado pruebas de los supuestos beneficios obtenidos de la lucha contra los huachicoleros. Entonces tenemos, “dicen” que muchos funcionarios de todos los niveles, que hay cientos de carpetas de investigación, que se han evitado muchos pinchazos en los ductos, que se han ahorrado varios miles de millones de pesos producto de lo que ya no pudieron robarse los mafiosos; sin embargo, nadie ha visto un solo detenido –funcionario o maloso– ni se han presentado documentos auditados que avalen los ahorros que tanto se cacarean en las mañaneras conferencias de prensa presidenciales. Es inevitable la pregunta: ¿son reales los resultados que la administración federal presume?, la sospecha sobre su veracidad es inevitable.

Distracción

Como inevitable es, recapitulando el mes, revisar lo hecho por AMLO y su gabinete durante las semanas del huachicol gate. Sobresale la compra de pipas y otros equipamientos mediante adjudicaciones directas a todas luces ilegales y realizadas en absoluta opacidad. Ha sido notoria la falta de preparación de varios de los miembros del gabinete lopezobradorista, que han sido incluso cogidos con los dedos bajo la puerta por el presidente en sus conferencias matutinas, en las que exhiben tanta ignorancia que no pasarían un examen de secundaria.

Finalmente, menciono una nota que quedó perdida entre el torrente del huachicol: la colocación de bonos de deuda por 2 mil millones de dólares en los mercados internacionales, con lo que la deuda de México subió, en vez de bajar como prometió en campaña López Obrador. Una raya más al tigre.

@BenitoMArteaga

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JJ/I