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¿Podemos construir una sociedad más segura?

Recién nos habíamos mudado a Zapopan. Pasada la medianoche nos despertaron gritos en la calle: una riña entre dos jóvenes. Al asomarnos a la calle oscura –pocas luminarias funcionaban, a pesar de múltiples reportes– pudimos percibir que uno de los jóvenes traía algo en la mano. Uno de ellos corrió a refugiarse debajo de un auto. El ruido cesó. Algunos vecinos gritaban desde su ventana: “¡Llamen a la Policía!”. ¿Salir a la calle? Ni pensarlo. Llamadas a la Policía y la Cruz Verde –ambos a menos de 10 cuadras–.

“Ahí vamos, estamos con otros servicios”, respondieron. Pasaron muchos minutos y llamadas: “Ahí vamos…”. Sin medir el riesgo, salí a la calle con una pequeña linterna. Iluminé debajo del vehículo vecino: tremenda la imagen, difícil borrarla de la memoria. Correr de vuelta para llamar insistiendo en la urgencia: misma respuesta. Trascurrieron tal vez 30 minutos. Llegó una ambulancia y una patrulla. Preferí ya no salir y desde la ventana vi parte de la escena. Tenía una mezcla de tristeza, impotencia y coraje. Los minutos eran vitales para el joven debajo del auto. ¿Conciliar el sueño después de lo sucedido? Imposible.

Por la mañana, nadie comentó el incidente, ninguna dependencia investigó. Nunca supimos quiénes eran los muchachos y si se trató de un asalto, una riña o asuntos de pandillas o drogas ¿Murió el joven debajo del auto? ¿Cómo saberlo? La prensa no consignó nada de lo sucedido los días siguientes en aquel otoño de 1992.

Hechos como éste se dan cada vez más y nutren nuestra sensación de inseguridad. Sólo en 2018 fueron asesinadas más de 34 mil personas, en el año más violento en la historia reciente del país. Nos sentimos en riesgo, más si hemos sido violentados o si conocidos relatan hechos de secuestro, asesinato o desaparición de algún familiar o vecino.

Las circunstancias descritas nos obligan a pensar en las causas de la inseguridad y su relación con la violencia social. En 2009, un estudio realizado en las ciudades de Tijuana, Aguascalientes, Ciudad Juárez, Tapachula, Mérida y la Zona Metropolitana de Guadalajara (ZMG) muestra los múltiples factores que generan violencia y lo complejo de resolverla.

Para el caso de la ZMG (https://bit.ly/1l7JEo0) los datos indican cómo el proceso de urbanización, la forma de construir los espacios habitacionales y las características de las viviendas son parte de las causas. ¿Estarán de acuerdo quienes pasan cuatro horas en el transporte público para ir y regresar a su trabajo? ¿Se puede descansar en una microvivienda a la que le faltan algunos servicios y donde la familia pasó encerrada el día dado que no hay lugar para la recreación?

La violencia tiene también entre sus causas las transformaciones en las relaciones familiares, y nuestra voluntad y condiciones para organizarnos, lo que es clave para contar con redes de ayuda. Junto con lo anterior, los datos indican el peso que tienen la disponibilidad, el acceso y la calidad de la educación, la calidad y pertinencia de los servicios sociales y de salud, la infraestructura económica y las condiciones de los empleos.

Los resultados de la investigación sugieren posibles alternativas a la violencia social en la ZMG. Se deja en claro que existen procesos que datan de hace mucho tiempo e involucran condiciones estructurales, y que hay determinadas coyunturas que detonan la violencia. Una limitante importante para remontar la situación es considerar normal que la vida de millones de personas transcurra en condiciones de desigualdad, pobreza, exclusión, discriminación y falta de acceso a la justicia.

¿No son acaso algunos de estos factores los que llevan a que muchos jóvenes acaben en las garras de las mafias? En el estudio se subraya que salir del atolladero implica que exista un Estado que garantice los derechos de todos y todas, y que propicie mejores condiciones para su desarrollo –más aún para los vulnerables y que sufren violencia–. Cabría esperar que con ello no más jóvenes estén en riesgo de pasar los últimos minutos de vida debajo de un auto.

 

Académico del Centro Interdisciplinario para la Formación y la Vinculación Social del ITESO

JJ/I