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Movilidad

Las historias de evolución en las familias, además de inspiradoras, son motivación para que sus integrantes se esfuercen. Sólo con disciplina y dedicación es posible salir de una condición social, de pobreza extrema incluso, y avanzar en la escala.

Uno de nuestros bisabuelos, por ejemplo, fue un modesto campesino en su lugar de origen. Tanto que no sabía escribir y, cuando era necesario, firmaba con su huella digital. Sus hijos –nuestros abuelos– llegaron a la Ciudad de México con estudios básicos y mejores oportunidades de trabajo.

Nuestros padres, al igual que sus hermanos, tuvieron una educación más formal. Así, lograron mejorar las condiciones de vida de la familia. Tuvimos casa propia, buenas escuelas –tanto públicas como privadas–, mejor alimentación, etc.

Todos nosotros, mis hermanos y primos, la penúltima de las cinco generaciones del ejemplo, tuvimos la posibilidad de hacer estudios universitarios y hemos sido afortunados con las oportunidades de trabajo que se nos han presentado. Aun sin llegar a ser de los más privilegiados, económicamente hablando, podemos sentirnos satisfechos de la calidad de vida que tenemos.

Nuestros hijos, la quinta generación, son todos profesionales universitarios y se esfuerzan por seguir avanzando, no por ganar más dinero –que nunca sobra–, sino por realizarse y tener más satisfacciones personales.

Todo lo anterior ha sido gracias a dos factores: una buena educación y un sistema de gobierno que trabaja por generar las condiciones para que los ciudadanos podamos tener mejores oportunidades de trabajo y con mejores salarios.

Hace unos años tuve la oportunidad de colaborar con el profesor Humberto Dávila Esquivel, entonces secretario general del Sindicato Nacional de Trabajadores de la Educación (SNTE). A lo largo de esos años participé en varias charlas informales con él, durante las cuales se opinaba sobre temas relativos a la educación, así como de los derechos y las obligaciones de los maestros.

El profe Dávila defendía una educación de calidad y las mejores condiciones para que los maestros la impartieran adecuadamente. Sostuvo siempre que la educación es el único factor real de movilidad social con que cuentan los mexicanos. Hasta la persona más humilde aspira a tener mejores condiciones de vida. En la medida en que todos tengan acceso a una buena educación, tendrán también la posibilidad de obtener un buen empleo y procurarse esa vida a la que aspiran.

El gobierno tiene la obligación constitucional de proporcionar educación gratuita para todos los mexicanos. También la tiene de generar condiciones de certeza y garantizar el Estado de derecho para que los empresarios e inversionistas, nacionales y extranjeros, coloquen su dinero en fábricas y compañías de servicios que ofrezcan esos empleos mejor pagados para todos.

Hoy en día eso no está pasando. El gobierno de López Obrador ha destruido la calidad del sistema educativo y está intentando convertir a las escuelas en centros de adoctrinamiento, condenando así a los mexicanos a una condición de ignorancia y de servidumbre de un sistema que ha fracasado en el mundo. La muestra de ello está en los pocos países en los que aún existe.

Sólo cambiando el rumbo actual del camino podremos ofrecer a nuestros hijos y nietos un México mejor, con oportunidades para que todos tengan la posibilidad de procurarse una mejor vida.

Este 2 de junio debemos evitar que el gobierno actual logre mantener el poder.

Así sea.

X: @benortega

jl/I