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Antes y después de Westerhof

En días recientes estuvo de visita Hans Westerhof en el campamento de Chivas, un personaje significativo en la historia reciente del Club Guadalajara.

El holandés, que ahora se desempeña como director de rendimiento en el Pachuca, estuvo observando a los jugadores de las categorías Sub-17 y Sub-20 que se enfrentaron a su similar del Guadalajara. Como siempre, a Hans se le notaba atento a los movimientos que realizaban los jóvenes de Tuzos que participaban en la cancha, es decir, los nuevos valores que en un corto o mediano plazo deberán ser la fortaleza del primer equipo como hoy lo son Hirving Lozano, Rodolfo Pizarro y Érick Gutiérrez.

Sin duda, la dirigencia hidalguense encabezada por Jesús Martínez y Andrés Fassi han sabido aprovechar su sabiduría y visión.

Hans llegó a principios de 2003 para trabajar en las fuerzas básicas de Chivas, así como del Saprissa de Costa Rica (el ex equipo propiedad de Jorge Vergara).

Las ideas de renovación en la estructura rojiblanca en aquel entonces parecían sonar descabelladas, ya que José Luis Real llevaba un trabajo avanzado desde 1996. Westerhof le dio continuidad a la labor de El Güero, pero la perfeccionó y potencializó para darle prioridad al surgimiento de nuevos valores creyendo en los jóvenes, enfatizando que un club no debía debutar jugadores a los 20 o 22 años, sino a los 17, ya que esperar más tiempo era demorar la manifestación de sus habilidades.

Cuando el holandés asumió la dirección del primer equipo en el Apertura 2003, los pronósticos no eran los mejores por su supuesto desconocimiento del futbol mexicano, pero muy pronto ofreció un conjunto versátil, veloz y dinámico que expresaba un futbol espectacular, arriesgado, y que ganaba.

Alguna vez, ya con un español bien dominado, dijo: “Si me anotan cuatro goles, pero hacemos seis, me vale madres recibir tantos goles mientras hagamos más”.

Acostumbrado a trabajar a largo plazo, Vergara no le toleró que en su segunda etapa como técnico los resultados se tardaran en llegar, por lo cual cortó con un proyecto ambicioso.

Ya pasaron 10 años desde su salida, y en ese lapso el Rebaño entró en un tobogán que amenazaba con dejarlo fuera de la Primera División, hasta que ahora encontró la estabilidad con Matías Almeyda, porque al parecer Vergara entendió el valor de la continuidad.

Lo cierto es que en Chivas hay un antes y un después de Hans Westerhof.

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