INICIO > OPINION
A-  | A  | A+

PAN: del Edomex a Jalisco

A decir de lo que reportan algunos medios, la coalición entre el PAN y el PRD en el Estado de México fracasó en su intento porque el candidato que proponía uno (Josefina Vázquez Mota y Alejandro Encinas, respectivamente) no le gustó al otro, pero también porque los panistas y perredistas mexiquenses no estaban dispuestos a aceptar que desde el CEN les impusieran a los candidatos.

Por ejemplo, en el PRD la principal corriente interna, Alternativa Democrática Nacional, no aceptó a Encinas como su candidato, mientras que en el PAN impugnaron que fuera el CEN, a petición del comité estatal, el que definiera el método de elección de su abanderado –sabedores de que se operaría a favor de Vázquez Mota-, y exigieron que se respetara la decisión del Consejo Estatal para que el candidato (a) fuera designado por toda la militancia.

Y es que a decir del diputado federal panista y aspirante a la candidatura al gobierno, Ulises Ramírez, el Consejo Estatal no facultó al dirigente nacional Ricardo Anaya a designar al candidato como sí lo hicieron en otras entidades como Coahuila, por ejemplo.

En este sentido, no hay que perder de vista que lo sucedido ayer en el Estado de México puede replicarse mañana en Jalisco, donde hay voces interesadas en difundir que desde la Ciudad de México se cocina una alianza entre el PAN y el partido alfarista Movimiento Ciudadano para postular a Enrique Alfaro Ramírez como su candidato a la gubernatura en 2018.

Aunque falta tiempo para que aquí arranque el proceso electoral interno en los partidos, este tema de una probable alianza PAN-MC ha generado posturas encontradas de las que no necesariamente terminará imponiéndose la mejor para que Acción Nacional salga del hoyo en el que se encuentra como tercera fuerza política.

Aquí hay panistas que ven con buenos ojos contender del brazo de Alfaro Ramírez en 2018 e, incluso, andan operando para que ello suceda. Pero también hay otra corriente nada despreciable que no sólo se manifiesta en contra de este maridaje, sino que está dispuesta a operar –con manifestaciones públicas incluidas- para oponerse o reventarlo si se les impone desde el centro.

Un escenario así en el PAN Jalisco nos augura que en los tiempos cuando el proceso electoral interno arranque puede registrarse una guerra intestina de lamentables consecuencias para el otrora poderoso partido blanquiazul, pues a lo único que llevará es a una honda división que podría terminar de sepultarlo.

La primera señal con la que en su momento podríamos darnos cuenta de lo que se puede avecinar es la postura que asuma en su momento el Consejo Estatal: dejar que el CEN defina el método de elección del candidato e incluso su designación o, como en el caso de la Ciudad de México, aprobar mayoritariamente que sea la militancia jalisciense la que determine lo último: quién será su abanderado.

Importante será, también, la postura que sostenga el dirigente estatal Miguel Ángel Martínez Espinosa, a quien no se le conoce que sea partidario de una alianza con MC y, mucho menos, de que su candidato a la gubernatura sea el presidente municipal de Guadalajara.

Interesante será saber si Martínez Espinosa será quien encabece la oposición a esta discutible coalición o, por el contrario, termina por doblegarse a los intereses de la dirigencia nacional del alfarismo y de los panistas que alientan la alianza, si es cierto que aquella ve con simpatía adoptar al ex diputado perredista como su abanderado.

Hoy los panistas debieron haber tomado nota de lo sucedido en el Estado de México para definir el rumbo que quieren para su partido en 2018, tanto aquellos que quieren quedar a merced del alfarismo como quienes buscan rescatar lo mucho o poco que queda de lo que en su momento fue motivo de orgullo.

ES TODO, nos leeremos ENTRE SEMANA.