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Hurtar con fotocopias

Entre los individuos, como en nuestra sociedad, el respeto a los derechos de autor es falaz, sobre todo entre algunos estudiantes de licenciatura que a la menor necesidad goglean el título del libro para saber si pueden descargarlo de algún sitio. No hay pudores en una época en que buscar en una librería simplemente da güeva y acciones como encontrar y descargar hacen pasar a cualquiera por listo. En grupos y foros virtuales lo más natural es preguntar si alguien tiene el libro tal por cual en PDF y es probable que más de uno lo comparta.

Quizá porque esos jóvenes de licenciatura son nativos digitales no ven conflictos en el hecho de apropiarse de copias ilícitas de libros, acción que, hablando sin eufemismos, se llama hurto, pues han vivido en una sociedad que ha tolerado la piratería de todo tipo de artículos. El falso silogismo de algunos de estos jóvenes podría ser el siguiente: si alguien puede conseguir la copia pirata de una producción de Hollywood qué tan malo es fotocopiar un libro para estudiar.

Es muy preocupante que esta actitud no se combata en los centros de estudios. No dudo que en las aulas las dimensiones éticas de estos robos se debatan y se condenen, pero en la realidad circundante las condiciones no son favorables para erradicar estas prácticas, pues en los establecimientos de fotocopiado, incluso dentro de las universidades, se tolera la reproducción de volúmenes protegidos por la Ley del Derecho de Autor.

He visto lo peor recientemente. Un “proveedor de servicios de fotocopiado” anuncia en un foro de una licenciatura que tiene la sexta edición del Manual de Publicaciones de la American Psychological Association a 53 pesos, “ya engargolado”; unos estudiantes preguntan si es la última edición, otros aclaran que sí, uno parece negociar y después la transacción se cierra con un mensaje privado. Lo absurdo de este caso es que los estudiantes vulneran la propiedad intelectual de una obra que expone un sistema de referencias que ayuda al trabajo académico, es decir, se piratean el manual de herramientas de citación ¡que evitaría los plagios, las apropiaciones indebidas, los timos intelectuales! Por desgracia, por estas actitudes no me parecen extraños los recientes escándalos de plagio en los más reconocidos centros de altos estudios del país.

@LibracoFP