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Estado de México

La cargada es impresionante. El PRI, dispuesto a mantener el control del Estado de México, ha iniciado la campaña con un derroche de recursos impresionante. Secretarios de estado que desfilan para cantar loas al gobierno y, de paso, hacer entrega de recursos a través de los programas sociales, esos que “no están afiliados a ningún partido político”. Y sumado a esto, por supuesto que se recurre al uso de las estrategias que han funcionado tan bien en el pasado: la compra de votos sin el menor pudor, la entrega de tarjetas de débito precargadas y el acarreo en los mítines. Todo esto ante la absoluta complacencia del INE (Instituto Nacional Electoral), cuyos funcionarios están más interesados en litigar que no les bajen el sueldo.

Y aun así, la contienda se antoja cerrada. Una encuesta publicada recientemente marca un empate entre el PRI, el PAN y Morena, los cuales compiten en una notable desigualdad. Por un lado, Alfredo del Mazo, el candidato de unidad (eufemismo para señalar a alguien impuesto desde arriba) tiene todo el apoyo desde el poder pero no de las bases, que se sienten defraudadas por esta selección; habrá que ver si la disciplina partidista se mantiene o se resquebraja.

Por el otro lado, aparece Josefina Vázquez Mota, quien resulta ser una candidata compleja. En las pasadas elecciones federales su partido la abandonó. Después de imponerse al candidato de Felipe Calderón, Ernesto Cordero, parecía el caballo negro que podría mantener las esperanzas del partido; sin embargo, Calderón le dio la espalda y cabildeó en su contra; incluso el ex presidente Fox pidió abiertamente el voto a favor de Enrique Peña Nieto ante la posibilidad de un triunfo de López Obrador. Curiosamente Fox no ha sido sancionado por su partido por estos hechos. Vázquez Mota literalmente desapareció de la esfera pública y solamente resurgió hace relativamente poco, cuando se dio a conocer que su fundación Juntos podemos recibió del gobierno federal más de 900 millones de pesos. La pregunta que surge es ¿a cuenta de qué la fundación de Vázquez Mota recibió ese dinero? ¿Será que es parte de un nuevo acuerdo entre PAN y PRI su candidatura en el Estado de México?

Por último, aparece la candidata de Morena, Delfina Gómez Álvarez, quien ha tenido una carrera política discreta, aunque no menor, ya que fue presidente municipal de Texcoco en 2012, en ese entonces por el partido Movimiento Ciudadano. No es una desconocida en el Estado de México, aunque sí a nivel nacional, pero es probable que el impulso que ha tenido Morena desde su creación le ayude en este período.

El PRD no parece importar en esta elección sumido como está en un proceso de franca descomposición y de desbandada de sus miembros. Es probable que Alejandra Barrales sea quien tenga que firmar el acta de defunción o que eventualmente se vuelva un partido satélite (similar al PVEM) bajo el control de Jesús Ortega. Pero en el caso del Estado de México, es totalmente intrascendente, incluso el PT ya abandonó su alianza con ellos para esta elección.

Esta no es una contienda menor, se asume como el previo de las elecciones presidenciales de 2018, y el partido que logre obtener la victoria se colocará en un lugar de fuerza para el próximo año. El PRI viene de pagar la impopularidad presidencial durante los comicios del año pasado, en los que fue el gran derrotado; el PAN ha capitalizado muy bien ese descontento, pero no es seguro que mantenga el impulso, y Morena ha tenido un crecimiento impresionante desde su creación. Pese al derroche de recursos, es muy pronto para declarar ganadores.

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