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La lucha incansable de Clara

Este fin de semana se estrena en Guadalajara el segundo largometraje de ficción del brasileño Kleber Mendonça Filho: Aquarius. La cinta es un juego muy consciente de las comparaciones entre lo moderno y lo antiguo, sin embargo, la narrativa no se limita a esto y trae consigo una maraña de pequeñas historias llenas de humanidad.

La película está dividida en tres partes, correspondientes a tres momentos importantes en la vida de la protagonista: El cabello de Clara, El amor de Clara y El cáncer de Clara. Así, narrada con un ejercicio de impecables elipsis, vemos a una joven de cabeza rapada en pleno proceso de lucha contra un cáncer de mama y enseguida un flashforward nos lleva 30 años después para ver a la misma mujer, pero con una gran melena, durante una entrevista, ya que es una figura importante dentro de la crítica musical.

Al abarcar varias décadas en la película, se logra un desarrollo realista y muy elaborado en cuanto a la dirección artística, desde el clima de tensión creada por un uso inventivo de la cámara, hasta la posición de los colores y el uso correcto de las sombras. La fotografía de Pedro Sotero y Fabricio Tadeu está llena de retos y buenas soluciones.

La actriz Sonia Braga realiza un extraordinario trabajo al darle a su personaje una gran fuerza dramática, su trabajo se basa en la contención y la profundidad de la mirada, pero también sabe cómo aprovechar cada centímetro de su cuerpo para dar vida a una mujer que lucha contra todo el mundo por mantener sus ideales.

En el filme verá a una mujer que no sólo es amenazada por el cáncer, sino por una empresa inmobiliaria que compró todos los apartamentos del edificio donde ella vive.

De ahí el título de la cinta, Aquarius es el edificio en el que vive doña Clara y, precisamente, es el otro gran protagonista y con gran simbolismo de la película. Es ahí donde vio crecer a sus hijos, el mismo espacio que es testigo de cómo combate contra la enfermedad y defiende su espacio.

No sorprenden las temáticas, porque los que conocen la obra de Mendonça Filho saben que las cuestiones políticas y sociales no se podían quedar fuera de la película. El filme habla de la corrupción, de las clases sociales, de la enfermedad, del amor, de la soledad y, sobre todo, la fortaleza.

La película es un retrato del ser humano, el paso del tiempo y la construcción de relaciones.

@pablogarabito