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Atribuyen falta de lluvia a los cañones antigranizo

Mientras que los productores de aguacate en la zona Sur de Jalisco, en el valle de Zapotlán, cuentan con grandes reservas de agua para sus cultivos y además con cañones antigranizo como una medida de protección ante inclemencias meteorológicas, los agricultores que sí dependen del temporal ven decaer sus siembras por la falta de lluvias, que atribuyen a los artefactos de los aguacateros.

Aunque instituciones científicas del país e internacionales no han acreditado que los cañones de granizo realmente eviten estas formaciones e incluso disuadan la lluvia, Miguel Ángel Rosas, de la Red de Sembradores de Vida que fomenta prácticas de agricultura sustentable, sostiene que los ranchos aguacateros de Sayula hacen un uso indiscriminado de estos artefactos, que apuntan al cielo y detonan nitrato de plata con miras a erradicar el riesgo de granizada.

De acuerdo con su testimonio, estas detonaciones son las causantes de que grandes formaciones nubosas se dispersen y no llueva como se espera, afectando los cultivos de maíz, caña de azúcar, alfalfa, vegetales, pastizales para el ganado y se trastoque la vida silvestre de la zona. Esto además de la contaminación auditiva que genera cada disparo, similar a la quema de pirotecnia.

“Hemos visto afectaciones en el entorno porque ellos habitualmente están lanzando estos cañones para reducir los riesgos para sus cultivos de aguacate, porque ellos tienen garantizado el riego, pero pasan a afectar a productores temporaleros que estamos esperando las lluvias. En Sayula dependemos de riego y de temporal para los cultivos, hay una afectación para todos”, comentó Rosas.

“Hace cinco años que comenzaron en algunos ranchos con pruebas, pero se ha estado masificando en varias zonas, yo tengo conocimiento de gente que tiene cañones dentro de sus ranchos en Sayula. En uno de 200 hectáreas tienen tres cañones, Semarnat y Profepa saben de estas prácticas. Las nubes tienden a acercarse a los cerros y es donde están haciendo sus detonaciones y disminuye la precipitación en todo el valle”.

Además, señaló que la dispersión a la atmósfera del nitrato de plata podría estar también contaminando el ambiente, que podría llegar a los cultivos de alimentos.

Por estos motivos, el activista llamó al Congreso del Estado a revisar estos casos y a prohibir el uso de cañones tal como el año pasado se aprobó en Colima, aunque meteorólogos han asegurado que no está aún comprobado que efectivamente sean los causantes de evitar lluvias y granizo.

Para el doctor Fernando García García, de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), el efecto de estos cañones es todavía un mito debido a que la energía de una tormenta de granizo es similar a la generada por la planta nuclear Laguna Verde, en Veracruz, por lo que no es posible que sea detenida por una detonación de iones.

Por otro lado, la Organización Meteorológica Mundial publicó en 2010 que “algunos métodos, como los cañones antigranizo o los dispositivos de ionización, no cuentan con fundamentos físicos y no son recomendables”, y agregó que para aceptar una modificación inducida del clima debe haber experimentos científicos locales que lo sustenten, por lo que llama a los gobiernos a generar investigaciones en su entorno local respecto a ello.

Preocupa a tapatíos la falta de agua

Mientras unos se alegran por el retraso que presenta la temporada de lluvias respecto a los pronósticos meteorológicos y las fechas usuales de inicio, la mayoría de tapatíos consultados se preocupa porque no sabe a qué atribuirlo, mientras que algunos temen que se estén usando artefactos para espantarlas.

En un sondeo realizado por este medio, los tapatíos refirieron que a estas alturas de junio ya había por lo regular más de una semana de lluvias continuas o por lo menos esporádicas, a diferencia de este año, en que los días con precipitación han sido contados, pese a que sí se han registrado varios nublados.

“Creo que tenemos que estar preocupados todos porque algo está pasando, no es normal esto, a lo mejor aquí en la ciudad estamos bien así, no padecemos más que los calorones, pero ya quiero ver allá en el campo cómo le están haciendo”, comentó Rolando López Agraz, vecino de la colonia Alcalde Barranquitas.

“A mí me impresionó el otro día, creo que fue el viernes de la semana pasada que se nubló muchísimo, el cielo estaba negro, hacía muchísimo viento, pero no llovió. Yo creo que alguien está haciendo algo, dicen que hay bombas para evitar las lluvias y no estoy seguro (de que se haya usado), pero no se me hizo nada normal. Era aire de lluvia”, dijo Antonio Guerrillero, un adulto mayor de la colonia Independencia.

No obstante, 2017 ha sido un año en el que a nivel mundial se registró una primavera de las más cálidas en la historia, incluso por encima de los estándares del verano, que recién comenzó, lo cual no es aislado al retraso de las precipitaciones.

La Organización Meteorológica Mundial publicó en un informe a principios de mes señalando que diferentes países de Occidente habían tenido episodios de calor extremo e inusuales olas de calor en mayo y junio, lo cual deviene en cambios a la dinámica de lluvias. De este diagnóstico, una tercera parte de México y la mitad de Jalisco atravesó una sequía inusual que devino en una temporada de incendios como no se había visto en los últimos 20 años.

Por ello, los meteorólogos locales han informado que junio y julio serán escasos de lluvia con respecto a lo acostumbrado, y será hasta agosto, septiembre y octubre cuando mejoren y se vuelvan más copiosas, a reserva de que fenómenos hidrometeorológicos en el Pacífico, como ya han comenzado a ocurrir, alteren este pronóstico.

“Hemos visto afectaciones en el entorno porque ellos habitualmente están lanzando estos cañones para reducir los riesgos para sus cultivos de aguacate”
Miguel Ángel Rosas, de la Red de Sembradores de Vida

JJ/I