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Memoria selectiva para olvidar el jueceo

Dicen que la gloria es de memoria selectiva, recuerda podios, marcas y victorias pese al desencanto circunstancial o intencional de una organización. Quien triunfa no se detiene en lamentos ni llora por despojos, tampoco hurga bajo la alfombra donde casi siempre se arroja al cochambre de un mal jueceo. Pese a todo ello, es necesario señalarlo con el fin de evitarlo, pero sobre todo sanarlo para mantener la estabilidad del masivo atletismo pedestre.

En el deporte como en la vida, buenas voluntades se tergiversan por malas compañías, eso es quizá sucedió en la Carrera de la Independencia del pasado sábado 9 de septiembre en Tonalá, una de las justas más llamativas del calendario por la bolsa en premios, el reto de correr en intensos ascensos bajo el sol pegando a plomo y el colorido que ponen los niños al finalizar la competencia.

Atletismo en Jalisco, uno de los tres grupos de jueces avalados en Jalisco que encabeza Juan Ramón Frías, estuvieron lejos de la exigencia y nivel requerido con buena intención del Comude Tonalá, organismo para el que trabaja y que organizó la competencia.

Su trabajo el fin de semana quedó en un pantano de errores y decisiones más que penosas, podrían citarse como promiscuas cuando se habla de lo más sano que puede tener el mundo deportivo: las categorías infantiles.

Un registro accesible a 10 pesos, les permitió a muchos niños conocer el mundo del atletismo, incluso algunos de paso por la plaza  aunque no trajeran el calzado adecuado, pidieron a sus padres competir. La convocatoria fue masiva y ante la respuesta desde bebés de 1 año hasta 12 años, fue necesario hacer heats eliminatorios con cerrados cierres en los que a lógica falta de cámaras de foto finish, el ojo del juez fue la guillotina vestida de blanco que cortó a los que consideró los mejores, extrañamente en su mayoría, los afiliados a un club oficial.

Los videos de padres de familia no se hicieron esperar. “Su video no vale. ¿Tiene una queja? Haga su denuncia formal con un deposito de 100 dólares”, fue la respuesta continua de Ramón Frías, usando la correcta política de criterio IAAF ante el incorrecto y primitivo jueceo de su organización.

Lamentable favorecer a competidores infantiles afiliados porque la intención de carrera promocional, pierde así su adjetivo. En la inevitable resaca amarga de las decisiones de un juez, queda un sabor maravilloso de ese magnífico compromiso de dirigentes deportivos dispuestos a exhalar, literalmente, en las inclementes y fascinantes batallas de las dependencias con pocos recursos.

La memoria selectiva del triunfalismo, se quedará con la imagen de los niños corriendo, por encima de los jueces e incluso a la par de los espartanos vestidos de atletas que sortearon esas difíciles cuestas tonaltecas.

@PatyPenia

JJ/I