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Renuncia obligada

La salida de Antonio Cruces Mada de la Secretaría de Salud Jalisco (SSJ) era irremediable e inaplazable. Su ineptitud como funcionario público, el desorden administrativo en que colocó al sector, la desatención a diversos hospitales estatales que se encuentran en estado deplorable y el grave desabasto de medicamentos del que se han quejado una y otra vez los usuarios hacían imprescindible la remoción del secretario.

Es cierto que su amigo y jefe Aristóteles Sandoval condescendió con él una vez más concediéndole el favor de que renunciara en vez de cesarlo fulminantemente, como debió haber ocurrido hace mucho tiempo, pero la historia de que buscara ser candidato a la alcaldía de Zapopan y por eso decidió apartarse del cargo es tan absurda como inverosímil. Antes de él hay una lista de personas con merecimientos suficientes, de entre las cuáles surgirá un aspirante con posibilidades reales, a quien el PRI le brindará su apoyo.

 

Opaco desempeño

El comportamiento de Cruces Mada tanto en el Seguro Popular como en la Secretaría de Salud es vergonzoso, por decir lo menos. Si nos atenemos a las observaciones hechas por la Auditoría Superior de la Federación, su paso por la dirección del Seguro Popular de Jalisco fue desastrosa. En su edición del jueves 26 de octubre, El Diario NTR documentó detalladamente que en esa institución Cruces Mada dejó pendientes sin aclarar por casi 6 mil millones de pesos.

Su administración, a lo largo de los tres años que fue director, se caracterizó por la falta de claridad y de transparencia. Las auditorías federales de 2013 y 2014 revelaron un mal manejo de recursos y cuestionaron la falta de documentación sobre licitaciones, adjudicaciones directas mal justificadas y falta de comprobantes de pagos. En pocas palabras, salió reprobado.

 

Torpeza y soberbia

Su torpe conducción en el Seguro Popular llevó a una innecesaria confrontación con los hospitales civiles de Guadalajara por un adeudo millonario que Cruces Mada intentó desconocer. La falta de recursos provocó que los centros hospitalarios se quedarán sin material quirúrgico y medicamentos imprescindibles, poniendo en riesgo la salud y la vida de los pacientes más vulnerables. El asunto se complicó de tal manera que la Universidad de Guadalajara acusó al funcionario de actuar con ligereza y falsear información.

Su desempeño al frente de la Secretaría de Salud Jalisco no fue menos malo. También ahí Cruces Mada se condujo con desplantes de soberbia y autosuficiencia. Bajo el manto protector de su amigo el gobernador desafió a autoridades federales y estatales, fabricantes y proveedores de medicamentos, directivos y médicos de hospitales y a los beneficiarios de los servicios de salud.

 

De mal en peor

El desorden administrativo lo ha perseguido a lo largo de toda su gestión. Es un funcionario que no ofrece cuentas claras. En sus dos años como secretario de Salud la deuda de la dependencia se cuadruplicó, pasando de 455 millones a mil 873 millones de pesos entre 2016 y 2017, según publicó el periódico Mural en agosto.

La gota que derramó el vaso fue una gira que realizó Aristóteles Sandoval por el interior del estado a principios de septiembre. Durante el recorrido, en el cual lo acompañó Cruces Mada, el gobernador escuchó constantes reclamos por el desabasto de medicamentos y las irregularidades en el surtido de recetas médicas. Los quejosos lo retaron a que fuera con ellos al hospital, donde comprobó que las denuncias tenían sustento.

Molesto, Aristóteles reprendió a su mentiroso amigo y lo mandó de regreso a Guadalajara. Muchos pensaron que el secretario sería despedido pero por más absurdo que parezca pesó más la cómplice amistad entre ambos y el gobernador le dio la inmerecida oportunidad de renunciar.

 

Verba volant, scripta manent

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@GOrtegaRuiz

JJ/I