INICIO > OPINION
A-  | A  | A+

¿Un auditor superior del PRD?

Contra las negociaciones que se habían acordado en los sótanos del poder, la noche del 15 de diciembre pasado, en una sesión cansada y muy intensa, 38 diputados eligieron a Jorge Alejandro Ortiz Ramírez como nuevo titular de la Auditoría Superior del Estado (ASE).

Propios y extraños aplaudieron esta decisión de los legisladores, pues además de que con eso fracasaban los acuerdos previos tomados por las fracciones parlamentarias para repartirse por cuotas los cargos en juego en el marco del nuevo Sistema Estatal Anticorrupción, mucho se destacó que con ello se hacía eco al llamado, postura y exigencias de la sociedad civil organizada.

Con bombo y platillo se destacó que a estos cargos llegaban perfiles ciudadanos, ajenos a cuotas partidistas o a intereses de grupos políticos y fácticos, y que a diferencia de otras ocasiones, los diputados tomaron en cuenta las propuestas ciudadanas.

Sin embargo, alrededor del nuevo titular de la ASEJ hay algunos datos que pasaron desapercibidos o fueron ignorados y no tomados en cuenta para conocer en detalle al nuevo auditor superior y confirmar si respondía, efectivamente, a la demanda de los grupos de presión que pretendieron convertirse en los grandes electores.

Si bien el nuevo auditor Ortiz Ramírez fue de los aspirantes quien obtuvo el mayor puntaje de la opción técnica del Comité de Participación Social, con 33 de los 33 puntos evaluados, nadie tomó en cuenta o refirió que contra el carácter ciudadano que le dieron, es un joven político que fue –no hay elementos para saber si aún lo es– militante del Partido de la Revolución Democrática (PRD).

En su currículum entregado al Congreso del Estado como aspirante a auditor, el propio Jorge Alejandro refirió su pasado político: “Suplente de diputado federal LX Legislatura (candidato del Partido de la Revolución Democrática 2006-2009)”. No más.

Durante ese trienio, Ortiz Ramírez fue diputado federal suplente de la diputada Sofía Nohelia Ibarra Franquez –representante de Nayarit en la primera circunscripción–, “quien enfrentó denuncias de sus compañeros y de trabajadores de la bancada por supuesto manejo discrecional de 800 millones de subvenciones entre 2006 y 2009”, según publicó el periódico La Jornada el 28 de marzo de 2012.

Y por esta razón la fracción parlamentaria del Partido del Trabajo (PT) en San Lázaro impugnó en aquellos días el nombramiento de Jorge Alejandro Ortiz como uno de los tres integrantes del Consejo de Transparencia de la Cámara de Diputados.

Otro dato oscuro que el propio Ortiz Ramírez ha dejado correr sin hacer aclaración alguna es la creencia de que en los últimos años laboró en la Auditoría Superior de la Federación (ASF), lo que para algunos fue un punto a favor para obtener la votación que logró, como se difundió en varios medios de comunicación. Y eso es falso.

Milenio publicó: “Desde 2007 a la fecha laboró en la Auditoría Superior de la Federación”; Mural: “El funcionario (…) que se venía desempeñando como empleado de la Auditoría Superior de la Federación”; El Informador: “Entre sus credenciales, el nuevo auditor ha trabajado los últimos 10 años en la Auditoría Superior de la Federación”; Notisistema: “Ortiz Ramírez se desempeñaba en la unidad de evaluación y control de la Auditoría Superior de la Federación”.

La realidad es que antes de ser electo auditor superior, Jorge Ortiz Ramírez laboraba como director de la Unidad de Evaluación y Control de la Comisión de Vigilancia de la Auditoría Superior de la Federación de la Cámara de Diputados (negritas del columnista), en San Lázaro, cargo al que aseguran aún no renunciaba cuando rindió protesta como auditor.

Extraño arranque del nuevo auditor superior quien seguro extrañará San Lázaro, empezando por su salario y las prestaciones.

ES TODO, nos leeremos ENTRE SEMANA.

JJ/I