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Adiós, Nicanor

Epígrafe

 

¿Mis zapatos parecen ataúdes?

Sepan que desde hoy en adelante

Los zapatos se llaman ataúdes.

Comuníquese, anótese y publíquese

Que los zapatos han cambiado de nombre:

Desde ahora se llaman ataúdes.
Nicanor Parra

La vida literaria de Nicanor Parra (1914-2018) comenzó en 1937, con el libro Cancionero sin nombre, donde abría una nueva posibilidad de lenguaje muy particular que, luego, con Antipoemas, aparecido en 1960, dio un giro total a toda la visión de la poesía latinoamericana y, también, de su propia voz. Una ácida y crítica voz que fue bandera a lo largo de las décadas de los 60 y hasta finales de los 70.

Parra fue un bastión de una rebeldía que colocó a nuestra poesía en un lugar preponderante y muy alto. Su fuerza es un viento fuerte y una caricia de ternura a la vez, pues al fondo de su claridosa presencia, su temible palabra, su furibundo enojo en contra del imperialismo, hay un enorme amor por su patria y la lengua castiza de nuestros pueblos. Su aparente ideología, en el fondo no lo es: es más bien el dolor el que canta a través de Parra. Hay un dolor profundo y es el medio para recoger las manifestaciones de la gente, sus cansancios y los enojos por una situación histórica de menosprecios hacia la raza.

Es Parra, entonces, el medio de construcción de un corpus crítico y es quizás por eso que tuvo que inventar una nueva forma de decir las cosas, y a la vez una manera de declarar una guerra tenaz en contra de quienes por siglos han oprimido a los pueblos latinoamericanos. Su palabra es el filo de los machetes. Su lenguaje es el cuchillo. Sus versos son la tristeza, el reclamo, el rencor y, es claro, también son sus poemas la alegría y la vida de la gente que él amó y ama, aquellos sus iguales. De allí que en una forma directa dice sus cantos el bardo chileno, para que se logre entender por una mayoría, ya que Parra no es un poeta elitista y culterano, pese a su ecuménica presencia. Los poemas de Nicanor son para el pueblo. Los versos y canciones no han querido parecerse a la poesía de la gente bien, sino que son el eco de las voces de aquellos que en carne propia han sufrido, que cantan y lloran…

victormanuelpazarin.blogspot.mx

JJ/I