INICIO > PASION
A-  | A  | A+

Manzanares corta dos y seduce a los sevillanos

(Foto: Archivo)

El coleta español cortó dos orejas a su primer toro en una faena llena de finos matices

Luego de la tarde triunfal del lunes en La Maestranza de Sevilla, que marcó historia con el indulto de un toro por parte del maestro Julián López El Juli, ayer el coso español volvió a tener una tarde de triunfo, ahora correspondiente a la novena corrida de abono, misma que arrojó tres orejas en total, dos de ellas para José María Manzanares y una más para el de Badajoz, Alejandro Talavante.

Manzanares tocó el clímax de la tarde al enfrentarse a un toro de excelentes condiciones que corrió en primer turno para el coleta español. Con buen son, temple en su embestida, clase, calidad y recorrido, el ejemplar de la ganadería de Núñez del Cuvillo ofreció la materia prima para una faena llena de clase, suaves tesituras y alta conexión con los tendidos sevillanos, además de una soberbia ejecución por parte del coleta ibérico, que supo llevar de principio a fin a este toro hasta desorejarlo.

Tandas sentidas por la diestra fueron las que iniciaron con esta faena, largas, templadas y con hondura, cada una de ellas caló hondo en la afición, que conforme pasó la faena se entregó más a la sutil labor artística de Manzanares, quien con maestría, sostuvo un ritmo de faena constante para llegar a la suerte de matar ya con fina faena consolidada. Mató de inmejorable manera para ganarse a pulso las dos orejas.

Con su segundo el tenor fue distinto, y ante un toro de pocas opciones, José María alcanzó buenos momentos pero sin lograr rematar faena dadas las condiciones de su astado.

Talavante, con trofeo

El más joven de alternativa en la tercia de ayer fue el matador español Alejandro Talavante, quien logró sacar la oreja a su primero de la tarde, esto tras una faena de mucha valía a un toro de calidad y buena clase.

Tandas por ambas manos de finas maneras y con trasmisión a los tendidos, fue lo que decoró la faena de este diestro, que supo aprovechar las condiciones del toro para fincar derechazos de buena factura, alcanzando así el clímax de su faena, la cual remató con estocada entera en sitio que le valió una oreja de mucho peso, aunque la afición pidió la segunda, negada por el juez.

JJ/I