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La empresa no es el enemigo

Esta semana las agrupaciones empresariales se subieron involuntariamente al ring de la lucha libre electoral. Se echaron cuatro rounds intensos antes de que se enfriaran un poco las cosas. En el primero, AMLO acusó con nombre y apellido a un grupo de empresarios de operar para que Meade declinase a favor de Anaya. En el segundo, el Consejo Mexicano de Negocios salió a la defensa con un desplegado señalando que con calumnias no se fortalece una relación constructiva con el sector empresarial. En el tercero, AMLO les dijo que se sienten dueños del país y que son un pequeño grupo que hace y deshace e impide la democracia. En el cuarto, un grupo ahora más grande de asociaciones empresariales y cámaras sacó otro desplegado criticando el discurso que enfrenta a los empresarios con el resto de la sociedad.

He aquí el verdadero peligro de que un candidato a presidente con cerca de 50 por ciento de la intención de voto utilice su influencia para dividir a la sociedad civil. En la era posverdad en la que grupos grandes de gente sólo leen tuits y memes que consideran verdaderos sin sustentarlos en hechos y defienden a su candidato como estrella de rock sin cuestionarle nada… es pernicioso que su ídolo apunte su dedo hacia otro grupo de gente que se opone a él y los señale como el enemigo.

Más allá de que AMLO tenga razón o no la tenga respecto a que un grupo concreto de empresarios e instituciones se oponen a él y operan para favorecer a sus contrincantes, el problema es señalar a TODO el colectivo de “empresarios” y emitir juicios sobre él sin fundamento alguno.

¿Qué son los empresarios? No son sólo el grupo selecto de los que presiden las empresas más grandes del país… todo aquél que saca adelante a una empresa de cualquier tamaño es un empresario. Según el Inegi hay casi 5 millones de empresas en México que generan nueve de cada 10 empleos. La inmensa mayoría de la población estamos vinculados a las empresas de una manera u otra.

Las empresas son pieza fundamental del tejido de las sociedades y economías modernas. Son un vehículo generador de valor. Convierten materia prima y trabajo en riqueza que se reparte. Nuestros salarios permiten que consumamos productos y servicios que a su vez pagan los salarios de otros.

Además, son vehículos de desarrollo porque compiten entre sí y en esta competencia empujan la innovación tecnológica buscando hacer las cosas mejor y más rápido, y empujan la educación porque demandan talento cada vez mejor formado para sobresalir en el mercado.

Los candidatos, y sobre todo el líder en las encuestas, tienen que ser más responsables en sus declaraciones. No es constructivo escalar un problema con dos o tres personas de un gremio a un enfrentamiento con todo el gremio y más cuando éste es ni más ni menos que el sector productivo del país.

Yo me considero un microempresario. Tengo con otros socios una consultora en la que contribuyo a generar empleo y convertir trabajo en riqueza que se reparte entre un grupo de familias. ¡No es fácil! El dinero a veces llega y a veces no, y hay que pagar nómina e impuestos… Pero me levanto todos los días con el sueño de seguir creciendo y aportar mi granito de arena a México.

Desde mi espacio, estas campañas me tienen realmente harto. No escucho una sola propuesta bien estructurada. No tengo claridad de cuáles son las posturas en comercio exterior, en ciencia y tecnología, en innovación, en educación. No veo que ninguno se acerque a mí y a otros como yo a preguntarnos qué pensamos. Los candidatos podrían aprender mucho de los empresarios en eficiencia en el manejo de recursos, en dar un mejor servicio al cliente y en cómo hacer una mejor venta de lo que ofrecen.

@ortegarance

JJ/I