Elección con crédito bancario

Para llevar a cabo la elección de su próximo dirigente nacional, el Partido Revolucionario Institucional… pedirá prestado.

Así de agonizante es la realidad que vive hoy el otrora poderoso partido político que gobernó al país por espacio de 70 años, primero con el nombre de Partido Nacional Revolucionario (PNR-1930), luego como Partido de la Revolución Mexicana (PRM-1938) y finalmente como Revolucionario Institucional a partir de 1946 hasta que en 2000 el Partido Acción Nacional (PAN) le arrebató la Presidencia de la República que sólo tuvo en sus manos por dos sexenios con Vicente Fox y Felipe Calderón, recuperarla luego en 2012 con Enrique Peña Nieto y volverla a perder el año pasado con Andrés Manuel López Obrador.

Si en 2000 el PAN dio el campanazo al lograr sacar por vez primera al PRI de Los Pinos, en 2018 el lopezobradorismo no sólo le repitió la dosis, sino que provocó su estruendosa caída a la tercera posición como fuerza política nacional, por debajo de Morena y el PAN. Pero la humillación quedó plasmada en los números: obtuvo apenas 13 por ciento de la votación emitida, o sea, 9 millones de votos contra los 18 millones que obtuvo en 2012 y que se reflejó en 47 diputados de 500 en San Lázaro y 14 senadores de 128.

Su consuelo está en que se mantiene como el partido con mayor número de gubernaturas: 12 (Campeche, Coahuila, Colima, Guerrero, Hidalgo, Estado de México, Oaxaca, San Luis Potosí, Sinaloa, Sonora, Tlaxcala y Zacatecas).

Hoy el PRI enfrenta la no menos amarga realidad de ver cómo se desfondó en el número de militantes, pues de los 6 millones que tenía registrados ante el Instituto Nacional Electoral en 2018 hoy sólo pudo comprobar la militancia de un millón 159 mil 320 afiliados.

Y será ese poco más del millón de militantes el que, por aprobación del Consejo Político Nacional como método de elección, tendrá la encomienda de elegir a su nuevo dirigente que releve en el cargo a Claudia Ruiz Massieu y que todo indica será entre dos aspirantes: José Narro Robles, ex rector de la UNAM y ex secretario de Salud con Peña Nieto, oriundo de Coahuila y con 70 años de edad, y el actual gobernador de Campeche, Alejandro Rafael Moreno Cárdenas, mejor conocido como Alito, de apenas 44 años.

De acuerdo con el calendario electoral aprobado por el CPN, dentro de 10 días –el 22– será el registro de candidatos, quienes durante un lapso de 45 días realizarán campaña en todo el país, para someterse el 11 de agosto a la voluntad de sus militantes y que el ganador rinda protesta siete días después: el 18. Cada candidato podrá gastar hasta 4 millones de pesos de campaña, mientras el costo total del proceso será de 100 millones de pesos.

Pero ahí es, como dicen en el rancho, donde la puerca torció el rabo, porque ahora el PRI enfrenta una realidad como nunca a lo largo de su tiempo en el poder: la carencia de recursos económicos, que entonces era lo que le sobraba. Hoy no tiene dinero y tendrá que ir a tocar la puerta de los bancos en busca de un préstamo.

Los consejeros políticos aprobaron que Ruiz Massieu consiga un préstamo bancario y en garantía deje uno de los dos edificios que conforman su sede nacional. Una escena como la que veremos ahora nunca nadie nos la imaginamos, como tampoco los priístas creyeron que alguna vez enfrentarían una severa crisis económica que los orillaría a pedir prestado hasta para elegir a su nuevo dirigente.

Las apuestas están a favor de Alejandro Moreno quien traería el apoyo de nueve de los 12 gobernadores y de prácticamente los sectores y organizaciones priístas; sin embargo, quienes promueven a Narro apuestan a que su imagen atraiga la simpatía de militantes, aunque para muchos ignora las entrañas del PRI, algo que Alito, dicen, conoce al derecho y al revés.

ES TODO, nos leeremos ENTRE SEMANA.

JJ/I