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Alexis les enseña

(Foto: Cuartoscuro)

En el momento que el sonido local anunció el nombre de Tomás Boy como parte de la alineación de Chivas, se escuchó un estruendoso abucheo desde las entrañas de las tribunas del Estadio Akron.

Por lo tanto, El Jefe tenía claro que en el Clásico Tapatío debía obtener la victoria para obtener al menos un poco de crédito, además de que los 3 puntos lo acercarían a la zona de clasificación.

La ansiada victoria se escribió con una pincelada excepcional de Alexis Vega, quien anotó el 1-0 para salvar a Boy.

Así, el abucheo que reprobatorio hacia su gestión quedó en el olvido al minuto 62 cuando Alexis Vega, el joven delantero que ha sido el héroe en otros encuentros, en esta ocasión, en una noche tan determinante, no podía fallarle a su equipo ni al técnico que decidió darle la titularidad por encima del experimentado Oribe Peralta. Los silbidos cambiaron por la ovación y el grito de “¡Chivas!”.

Durante el primer tiempo, si bien el Guadalajara mantuvo por mayor tiempo la posesión del balón, le dio circulación, el nervio que imperaba por la presión tan asfixiante por la urgencia de ganar también le provocaba equivocarse en el toque decisivo para atravesar el territorio rojinegro, el toque que en verdad hiciera daño a una defensa plantada atrás y que evitaba todo avance de los volantes como Brizuela o Villalpando, o provocaba la imprecisión en el pase por la misma ansiedad al ver que no se concluía la jugada pretendida.

Desde el inicio Chivas recurrió al tiro fuera del área a través de Villalpando, o con centros de Vega para Brizuela, quien no llegaba a la cita para empujar, así como al toque mortal de Ponce para el tiro libre directo. Nada vulneró a la portería defendida por Vargas.

Para la segunda parte, Leandro Cufré consideró que era momento de atacar, lo cual le funcionó llegando con frecuencia, pero lo que también provocó que dejara espacios atrás, y ahí fue donde Chivas no perdonó.

Llegó entonces el minuto 62 cuando Vega se instaló en el pico del área de su zona izquierda, recortó a su marcador, y sacó un potente disparo colocado al ángulo izquierdo de Vargas, quien con su estirada todavía alcanzó a tocar el balón pero insuficiente para consumar la obra de arte que representó el 1-0 y la explosión del recinto rojiblanco.

Boy optó por defender su mínima ventaja con el ingreso de Beltrán para ayudar a Molina en labores de la contención, y a Gael Sandoval para activar la media cancha.

Atlas se volcó al frente, generó y puso a trabajar a Gudiño, mientras Chivas se daba el lujo de desperdiciar oportunidades jugando en una delgada línea entre el triunfo y un empate temible.

Al final, el aplauso rítmico de Boy al ritmo del Cielito Lindo era el reflejo de que ganó más que 3 puntos.

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