¡De triunfo grande!

Si hay que ponerle un adjetivo a la tercera novillada de ayer en la Plaza de Toros Nuevo Progreso, éste tendría que ser esperanzadora. Y es que la tarde de ayer marcó sin duda lo que va de la temporada de novilladas en el coso de la colonia Monumental.

San Francisco de Asís es la ganadería que se lleva el diploma, pero los tres en el cartel fueron parte medular de una novillada de gran magnitud que no se veía en este ruedo tapatío desde hace mucho.

Toros divididos de dos hierros que acusaron el contraste de la calidad. Por una parte, abrieron la tercia astados de Marcos Garfias, que mostraron el poco fondo de bravura aunque cumplieron con los caballos.

Todos, en general, vinieron a menos, pero había en toriles tres más, procedentes del fierro de San Francisco de Asís, que salvaron la tarde y se fueron entre notas de alta factura. Tres de tres para el hierro jalisciense; uno, el cuatro de la lidia, de arrastre lento; el resto, dignos de merecerlo.

Hay en José Sainz un torero en toda la extensión de la palabra. Fue el máximo triunfador de ayer, al adjudicarse con mérito y pundonor dos orejas (una en cada novillo) que le valieron el triunfo merecido.

Con el primero, un toro de poco motor que vino a menos, el potosino lució desde capote, y fue con la sarga en donde el chaval mostró las primeras notas de su buen quehacer taurino, denotando detalles finos y un temple nato, que tras irse con la espada, le mereció una oreja.

El clímax de la tarde vino con el segundo: un toro de impecable presentación y mejores condiciones que acusó bravura, fijeza, recorrido y humillación, tópicos que el potosino supo aprovechar para expresarse en un estilo de arte y clase, firmando tandas por la diestra con goce de temple y largueza que, fuerte, muy fuerte, calaron en los tendidos.

Tras irse con el acero, alcanzó el segundo trofeo, lo que le valió su salida a hombros de la Nuevo Progreso. Hay en este chaval una esperanza.

Por su parte, Juan Pedro Llaguno lució con el último de su lote. Derechazos de calidad y buena factura fueron los que logró, conectando con los tendidos para despachar a otro buen novillo de entera en sitio. Una oreja cosechó, de mérito.

Y Eduardo Neyra no pudo quedarse atrás. Luego de verse rebasado por sus alternantes, el duranguense se fue a porta gayola para rescatar el triunfo.

Una faena de mucho mérito, derechazos de calidad y detalles de mucha esperanza fue lo que este joven dio a la afición de Guadalajara. Una estocada en todo lo alto le dio la oreja que esperaba, aunque la faena era meritoria de dos trofeos.

Así, una tarde de esperanza para la baraja taurina nacional de novilleros fue lo que dejó esta tercera novillada de la Nuevo Progreso, el triunfo llegó, por fin, y con ello, la atención en tres jóvenes que pos sus cualidades, pueden figurar en la fiesta internacional.

JJ/I